Identificación de la ideación suicida y autolesión

Autore: Dra. Felisa Elvira Delgado Moya
Pubblicato:
Editor: Leonor Santos Moreno

La ideación suicida y la autolesión son temas de gran complejidad que involucran un profundo malestar emocional y psicológico. Para abordar adecuadamente estos conceptos, es importante comprender los términos y estados relacionados con situaciones donde la vida de una persona se ve amenazada o perdida. A continuación, se analizan en detalle estos fenómenos y sus implicaciones.

 

Definiciones clave y terminología asociada

El suicidio se define como la muerte auto-infligida de manera intencionada, a menudo como resultado de un profundo sufrimiento emocional, sentimientos de desesperanza, y la incapacidad para gestionar situaciones de vida. Este estado mental puede llevar a una percepción distorsionada de la vida, donde la persona siente una intensa presión y una necesidad de escapar.

 

Existen diversas formas de manifestación de la conducta suicida y autolesiva:

  • Autolesión: se refiere a cualquier acto que cause daño físico a uno mismo, sin la intención clara de poner fin a la vida. Este comportamiento incluye acciones como cortarse o golpearse.
  • Ideación suicida: consiste en la presencia de pensamientos sobre suicidarse, sin necesariamente llevarlos a cabo.
  • Intento de suicidio: es un acto que tiene la intención de acabar con la propia vida, aunque no siempre resulte letal.
  • Suicidio: es el acto de terminar con la propia vida de manera deliberada.

 

La ideación suicida y la autolesión involucran un
profundo malestar emocional y psicológico

 

Factores que desencadenan la conducta suicida

La conducta suicida puede surgir como respuesta a varias situaciones de vida estresantes o desesperantes:

  • Reacción impulsiva: una respuesta desmesurada y violenta ante una decepción emocional, una frustración intensa, o una serie de eventos negativos.
  • Desesperanza: sentimientos profundos de que la situación de minusvalía o desamparo no cambiará.
  • Enfermedad grave: la percepción de que una enfermedad terminal o crónica no deja otras opciones.
  • Intención comunicativa: en algunos casos, el intento de suicidio es un llamado de auxilio, donde la persona busca expresar su malestar y obtener ayuda o apoyo.

Estos actos pueden tener un componente comunicativo, buscando provocar una reacción en los demás, como sentimientos de culpa o acciones que cambien la situación del individuo. Este comportamiento a menudo se manifiesta a través de amenazas verbales o gestos de autodestrucción menos inmediatos.

 

El suicidio y la autolesión en el contexto internacional

Las definiciones y enfoques sobre la autolesión y el suicidio varían en diferentes regiones del mundo. En Europa y Australia, el término autolesión se utiliza para describir un continuo que abarca desde la autolesión no suicida hasta la conducta suicida. En contraste, en Canadá y Estados Unidos, la terminología tiende a ser más binaria, diferenciando claramente entre la autolesión no suicida y los intentos de suicidio.

  • Autolesión no suicida (ANS): se refiere a la destrucción deliberada del tejido corporal sin intención de suicidio, realizada con fines que no están socialmente aceptados. Las formas más comunes de ANS incluyen cortarse, rascarse, golpearse, y tallarse la piel.

Es importante señalar que existe controversia sobre si el consumo excesivo de fármacos o sustancias tóxicas debería considerarse ANS, debido a la dificultad de distinguir la intención suicida en estos casos. Según el DSM-5, estas conductas se excluyen de la ANS, ya que no provocan un daño físico inmediato.

 

Vulnerabilidad en la adolescencia

La adolescencia es un período particularmente vulnerable para el desarrollo de conductas autolesivas y suicidas. Estas conductas suelen ser prevalentes tanto en muestras clínicas como comunitarias. La ANS tiende a aparecer en la adolescencia temprana, mientras que la conducta suicida es más común en la adolescencia tardía.

 

Factores de riesgo

  • Trastornos mentales: la presencia de trastornos como la depresión, el trastorno de la personalidad límite (TLP), abuso de sustancias, y trastornos de estrés postraumático (TEPT) aumenta el riesgo de ANS y conducta suicida.
  • Factores contextuales: disfunciones familiares, abuso sexual, violencia física, y aislamiento social también incrementan el riesgo. En particular, el rechazo social y la baja percepción de aceptación por parte de los pares son factores críticos en la adolescencia.
  • Uso de internet y redes sociales: el internet puede jugar un papel en la normalización y difusión de conductas autolesivas. Los adolescentes a menudo prefieren discutir estas conductas en línea debido a la sensación de anonimato y aceptación. Sin embargo, esto puede llevar a la validación y competencia en las autolesiones, especialmente en un contexto de ciberacoso.

 

Impacto de la pandemia de COVID-19

La pandemia ha exacerbado el riesgo de conductas autolesivas debido al aumento del aislamiento social, problemas económicos, y dificultades para acceder a servicios de salud mental. Los adolescentes con trastornos mentales preexistentes están particularmente en riesgo.

 

Diagnóstico y tratamiento

Según el DSM-5, la ANS debe diferenciarse de otros trastornos como el TLP, donde las autolesiones son un criterio diagnóstico, y el trastorno de comportamiento suicida, que se diferencia por su objetivo final: el deseo de morir frente al alivio del sufrimiento en la ANS. Otros trastornos que pueden confundirse con la ANS incluyen la tricotilomanía, la autolesión estereotipada, y el trastorno de excoriación.

 

Signos de alerta y estrategias preventivas

Identificar los signos de alerta es crucial para intervenir a tiempo:

  • Señales verbales: amenazas de suicidio, hablar o escribir sobre la muerte.
  • Señales no verbales: actuar de manera ansiosa o imprudente, cambios en el comportamiento o apariencia, abuso de sustancias, y autolesiones.

 

Estrategias de prevención

Las estrategias de prevención incluyen:

  • Alfabetización en suicidio: educar sobre los riesgos, desmontar mitos, y promover el conocimiento de recursos de apoyo.
  • Ayuda directa: ofrecer apoyo emocional, evitar juzgar, y tomar medidas para eliminar riesgos en el entorno de la persona afectada.
  • Tratamientos terapéuticos: terapias cognitivo-conductuales, conductuales, dialécticas, familiares, y psicodinámicas pueden ser efectivas en la prevención y tratamiento de la ideación suicida y la autolesión.

 

Conclusión

El abordaje de la ideación suicida y la autolesión requiere una comprensión profunda de los factores de riesgo, las señales de alerta, y las estrategias de prevención y tratamiento.

 

Es fundamental que tanto los profesionales de la salud mental como la comunidad en general estén equipados con el conocimiento y las herramientas necesarias para apoyar a aquellos en riesgo, promoviendo un entorno donde el malestar emocional se maneje con empatía y cuidado. Ante cualquier duda, es esencial consultar con un especialista con experiencia. 

 

*Tradotto con Google Translator. Preghiamo ci scusi per ogni imperfezione

Dra. Felisa Elvira Delgado Moya
Psicologia

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