Ecoendoscopia: una técnica que permite visualizar las capas del tubo digestivo

La ecoendoscopia es un procedimiento que combina la endoscopia y la ecografía. Por un lado, la endoscopia consiste en explorar el tracto digestivo mediante un tubo que se introduce por la boca o por el ano. Y, por otro lado, la ecografía es una técnica que permite ver los órganos por dentro y alrededor. En este sentido, la ecoendoscopia permite hacer una ecografía a través del tubo digestivo.

Esta tecnología permite acceder a estructuras poco accesibles, pudiendo detectar enfermedades que no sería posible diagnosticar sin esta técnica como, por ejemplo, piedras muy pequeñas en la vesícula o en los conductos biliares.

Físicamente, la ecoendoscopia combina un endoscopio flexible adaptado a una sonda ecográfica. Esto permite obtener imágenes mucho más nítidas, no solo interiores, sino también del exterior del órgano, de las estructuras circundantes y de las distintas capas de la pared del tubo digestivo.

La ecoendoscopia no sólo es una técnica diagnóstica, sino que además permite tomar muestras de los órganos adyacentes para analizar el origen de la lesión. Anteriormente, esto se tenía que hacer vía radiológica y era más complicado y molesto. Además, en algunas ocasiones no se lograba acceder al punto que se quería analizar.

La muestra se toma con una punción realizada con un ecoendoscopio distinto. El especialista en aparato digestivo realiza esa punción durante el examen, con la ayuda de un experto en anatomía patológica que valora in situ si la muestra es suficiente para un diagnóstico de la lesión.

¿En qué casos está indicada esta técnica?

Las indicaciones de esta técnica son diversas:

• Quiste en el páncreas
• Sospecha de piedras en la vesícula o en los conductos biliares, pero no se han visto por otras pruebas de imagen
• Pancreatitis de causa desconocida
• Lesiones en las paredes profundas del estómago o del esófago
• Extensión local de determinadas neoplasias del tubo digestivo

Para realizar una ecoendoscopia es importante hacer una serie de pruebas de imagen previas para que el especialista valore todo el cuadro clínico previo: exámenes previos, TAC, resonancias y otras endoscopias. Se trata de una prueba compleja, que se realiza en fases avanzadas del proceso de diagnóstico.

Esta técnica permite saber la extensión de los tumores digestivos a nivel local, si hay ganglios afectados alrededor, y otros elementos que ayudan a planificar el tratamiento más correcto.

En los últimos años, se ha desarrollado mucho esta técnica permitiendo el diagnóstico y la realización de procedimientos terapéuticos. Es una técnica en evolución que ha posibilitado el acceso a estructuras poco accesibles con otras técnicas, y que tiene un papel muy importante en el desarrollo de tratamientos endoscópicos avanzados que evitan cirugías complejas.