¿Cómo cuidar el suelo pélvico tras el parto?

El suelo pélvico sirve de apoyo al útero, la vejiga y el recto. Los músculos que lo forman están sometidos a mucho peso durante el embarazo, sobre todo durante los últimos meses de gestación. A esto se le suma el estrés que sufren durante el trabajo de parto, en el que a veces hay desgarros, episiotomías e incluso lesiones en la pelvis.

Por ello, cuidar el suelo pélvico durante el embarazo ha de ser una prioridad para las futuras mamás. De ese trabajo previo dependerá poder evitar problemas futuros como incontinencia urinaria, disfunciones sexuales o, incluso, prolapsos en algunos órganos.

¿Y tras el parto? ¿Cómo fortalecemos nuestro suelo pélvico?

Tras dar a luz, lo principal es respetar la cuarentena, que es el período que va desde el parto hasta las 6 semanas de posparto, o 40 días después de este (periodo llamado también puerperio). En esta etapa, el cuerpo se recupera poco a poco del trabajo de alumbramiento y, de forma natural, todo comienza a volver a su sitio. Así, durante este tiempo, no se debe realizar ninguna actividad física, ni ejercicios de Kegel, ni uso de bolas chinas, etc. Hay que dejar que la naturaleza siga su curso.

Finalizado este periodo, es muy importante realizar una revisión postparto para que un especialista valore los pasos a seguir. Tras 25 años de experiencia en este campo, en valle36 tenemos claro que las claves para una recuperación integral durante el posparto están dirigidas a proteger el suelo pélvico, tanto a corto plazo tras dar a luz, para recuperar el tejido y su elasticidad, como a futuro, de cara a la menopausia.

La paciencia será la clave durante este periodo tan complejo en el que además de experimentar cambios físicos hay que adaptarse a una nueva vida. Es importante acudir a fisioterapeutas especializadas en suelo pélvico y obstetricia para fortalecer la musculatura del periné, mejorar las relaciones sexuales y recuperar la coactivación entre el abdomen y el suelo pélvico. Esto se consigue con entrenamientos adaptados al estado individual de cada mujer. Para ello, se utilizan diferentes métodos y técnicas, como gimnasia abdominal hipopresiva, winner flow, Reeduación Postural Global (RPG) o el entrenamiento funcional. De esta manera, se puede ir recuperando la forma física, cerrando la posible diástasis que se haya producido durante el embarazo y alcanzando una musculatura abdominal competente.

Así, se podrá trabajar el cuerpo desde la prevención, el trabajo bien hecho y el control de nuestras posibilidades. Si, además, se acude a un centro como el nuestro en el que se posibilita la conciliación asistiendo con el bebé, se favorecerá el cumplimiento de las rutinas, así como el bienestar emocional del vínculo madre/hijo.