¿Cómo afecta la anquiloglosia a la lactancia materna?

La anquiloglosia, también conocida como frenillo lingual corto, es una condición congénita en la cual el frenillo lingual, el tejido que conecta la lengua con el suelo de la boca, es anormalmente corto, grueso o tenso.

Esta anomalía puede restringir el movimiento de la lengua y, en algunos casos, afectar la capacidad del bebé para alimentarse adecuadamente.

¿Cómo se detecta la anquiloglosia?

La anquiloglosia puede ser detectada por un pediatra, un especialista en lactancia o un cirujano pediátrico durante una evaluación física.

Los signos que podrían indicar la presencia de anquiloglosia incluyen dificultad del bebé para amamantar, dolor en los pezones de la madre, alimentación prolongada, y poca ganancia de peso en el bebé.

¿Cómo afecta la anquiloglosia a la lactancia materna?

La anquiloglosia puede tener un impacto significativo en la lactancia materna debido a que la lengua juega un papel crucial en la succión y el agarre del pezón. Algunas formas en que esta condición puede afectar la lactancia incluyen:

• Agarre inadecuado: el bebé puede tener dificultades para obtener un buen agarre del pezón, lo que puede llevar a una alimentación ineficaz y prolongada.
• Dolor y daño en los pezones: la madre puede experimentar dolor intenso y daño en los pezones debido al agarre incorrecto y la succión compensatoria.
• Poca transferencia de leche: la succión ineficaz puede resultar en una transferencia insuficiente de leche, lo que puede afectar la producción de leche materna y la ganancia de peso del bebé.
• Desprendimiento frecuente: los bebés con anquiloglosia pueden desprenderse del pecho con frecuencia, causando frustración tanto para el bebé como para la madre.

¿Qué síntomas pueden indicar anquiloglosia en un bebé?

Algunos síntomas que pueden sugerir la presencia de anquiloglosia en un bebé incluyen:

• Dificultad para agarrar el pezón correctamente.
• Alimentación prolongada o frecuente.
• Poca ganancia de peso o pérdida de peso.
• Hacer chasquidos al succionar.
• Irritabilidad durante la alimentación.
• Pezones doloridos, agrietados o sangrantes en la madre.

¿Cómo se diagnostica la anquiloglosia?

El diagnóstico de anquiloglosia generalmente se realiza a través de un examen físico. El médico evaluará la apariencia y el movimiento de la lengua del bebé, así como los problemas de alimentación descritos por la madre. En algunos casos, se pueden utilizar escalas específicas para evaluar la gravedad de la anquiloglosia y su impacto en la lactancia.

¿Cuáles son las opciones de tratamiento para la anquiloglosia?

Existen varias opciones de tratamiento para la anquiloglosia, dependiendo de la gravedad de la condición y los problemas de alimentación asociados. Las opciones incluyen:

• Observación: en casos leves, se puede optar por un enfoque de "esperar y ver" si el bebé está ganando peso adecuadamente y la madre no experimenta dolor significativo.
• Asesoramiento en lactancia: un especialista en lactancia puede ofrecer técnicas y posiciones de alimentación para mejorar el agarre y reducir el dolor.
• Frenotomía: es un procedimiento simple y rápido que implica la liberación del frenillo lingual. Se puede realizar en la consulta del médico y generalmente proporciona un alivio inmediato.
• Frenuloplastia: en casos más severos, se puede requerir una cirugía más extensa para liberar el frenillo y permitir un movimiento adecuado de la lengua.

¿Qué esperar después de un tratamiento de anquiloglosia?

Después de una frenotomía o frenuloplastia, muchos bebés experimentan una mejora inmediata en la capacidad de amamantar. La madre puede notar una reducción del dolor y una mejora en la transferencia de leche. Es importante seguir las recomendaciones del médico y asistir a seguimientos para asegurar una recuperación adecuada y la continuación exitosa de la lactancia.

¿La anquiloglosia tiene complicaciones a largo plazo?

Si no se trata, la anquiloglosia puede tener complicaciones a largo plazo que incluyen problemas del habla, dificultad para comer ciertos alimentos, y problemas dentales. Sin embargo, con un diagnóstico temprano y un tratamiento adecuado, la mayoría de los bebés pueden superar estas dificultades sin consecuencias a largo plazo.