Una de las principales diferencias entre la cirugía maxilofacial para adultos y la cirugía maxilofacial pediátrica es que, en el segundo caso, las estructuras faciales del menor requieren un trato especial que tenga en cuenta su crecimiento y desarrollo.

En este caso, se incluye la cirugía oral, ya sea de los huesos cráneo-faciales o de los huesos de la cara. El objetivo de esta especialidad es corregir posibles disfuncionalidades faciales restituyendo la normalidad.

¿Qué enfermedades trata la cirugía maxilofacial infantil?

La cirugía maxilofacial infantil se encarga de la cirugía de las estructuras faciales en adolescentes y en niños. En este caso, las enfermedades que se tratan pueden ser de tipo congénito, como problemas adquiridos con el tiempo. Las enfermedades más comunes son los traumatismos, los problemas en la articulación temporomandibular (ATM), deformidades nasales, lesiones, enfermedades de los tejidos, problemas en las glándulas salivares, alteraciones en la erupción dentaria…

No obstante, las enfermedades o patologías más tratadas son:

Cirugía oral: la más común dentro de este apartado sería la llamada cirugía del frenillo, una cirugía que se lleva a cabo cuando el menor tiene un frenillo excesivamente corto, un hecho que se asocia a dificultades en el habla y en la fonación.

La cirugía del frenillo se lleva a cabo con anestesia local en intervenciones muy sencillas.

Es habitual también la cirugía oral como tal, que normalmente incluye la extracción de dientes debido a malposiciones. -

Traumatismos faciales: los traumatismos faciales son habituales en niños de uno y dos años —cuando empiezan a andar— y entre los ocho o diez años de edad. Las estructuras anatómicas son distintas a las de los adultos, por lo que se requiere otro tipo de tratamiento.
Malformaciones congénitas: la más común en niños y en adolescentes son la fisura palatina y el labio leporino. Realizar una cirugía en estos casos es básico para conseguir una buena función del habla y de la deglución. A su vez, se mejora la apariencia facial y con ellas la seguridad y la capacidad de adaptación por parte del menor.

El labio leporino puede intervenirse en torno a los seis meses de vida, mientras que la fisura palatina se puede iniciar en torno o a partir de los nueve meses de edad.

Cirugía ortognática: la cirugía ortognática se realiza también en niños, y consiste principalmente en mover el maxilar y/o la mandíbula hacia una posición adecuada y más saludable para el niño a largo plazo. En este caso, la cirugía se utiliza para complementar algunos tratamientos de ortodoncia.
Oncología pediátrica: en el momento en el que existen tumores en la zona maxilofacial del niño, deben llevarse a cabo pruebas que descarten las opciones de que se trate un proceso maligno e iniciar el correcto tratamiento. En el caso de que se trate de un proceso maligno, el abordaje del proceso deberá ser multidisciplinario.
Apnea del sueño: pese a que se trata de una patología normalmente asociada a los adultos, cabe mencionar que los niños y los jóvenes pueden padecer la llamada apnea del sueño infantil.

En los bebés, la principal causa de apnea es un nacimiento prematuro, aunque si existen obstrucciones en las vías aéreas, puede producirse apnea.

Estética/Cicatrices: en este caso, la cirugía se utiliza con el fin de corregir alteraciones y alteraciones funcionales en el rostro. Es la conocida como cirugía maxilofacial pediátrica reparadora, en las que se incluyen procedimientos como la otoplastia, la blefaroplastia o la rinoplastia, entre otros.

¿Cuándo hay que acudir al cirujano maxilofacial pediátrico?

Los padres del menor deben acudir a la consulta de un especialista en Cirugía Oral y Maxilofacial infantil cuando el menor muestre indicios de alguna de las patologías comentadas anteriormente o cuando el menor siente algún tipo de molestia o dolor en la zona.

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