Pronóstico de la enfermedad
Esta patología puede ser leve o grave, dependiendo del tamaño, ubicación y complicaciones. Normalmente cuanta más alta es la vértebra o vértebras afectadas más grave será el pronóstico y las consecuencias que pueda tener, entre las que se encuentran:
- Trastornos neurológicos como la hidrocefalia
- Siringomielia - Alteraciones del aparato locomotor
- Trastornos del sistema genito-urinario
Síntomas de espina bífida
Los síntomas de la espina bífida no son iguales en todos los pacientes; algunos necesitan aparatos ortopédicos, muletas o sillas de ruedas; otros tienen problemas urinarios e intestinales; hidrocefalia, etc. Según el tipo de espina bífida, diferenciamos:
- Espina bífida oculta: no suele manifestarse ningún síntoma, aunque pueden observarse indicios en la piel del bebé.
- Meningocele: en este caso las membranas que rodean la médula sobresalen formando un saco de líquido.
- Mielomeningocele: el conducto vertebral queda abierto; las membranas y la médula sobresalen formando un saco; los tejidos y los nervios suelen quedar expuestos.
Pruebas médicas para espina bífida
La espina bífida se puede detectar durante el embarazo a través de tres pruebas:
- Prueba de la AFP (la AFP es una proteína producida por el bebé y la placenta durante la gestación y de la que una parte entra en el torrente sanguíneo); se realiza en el segundo trimestre y consiste en medir el nivel de proteína que hay en la sangre de la madre. Esta prueba no es concluyente. Esta prueba puede complementarse con el análisis de la gonadotropina coriónica humana (HCG), el estriol y la inhibina A.
- Ecografías, que tampoco son concluyentes.
- Amniocentesis; consiste en extraer líquido amniótico del saco fetal para analizar.
Para confirmar la espina bífida (oculta) tras el nacimiento, pueden realizarse diferentes pruebas, como ultrasonido, resonancia magnética o tomografía computarizada.
¿Cuáles son las causas de la espina bífida?
No se conocen las causas de los defectos del tubo neural, pero se conocen diferentes factores de riesgo, tales como obesidad, diabetes mal controlada y ciertos medicamentos para las convulsiones. Asimismo, se cree que se presenta en familias.
¿Se puede prevenir?
Tomar ácido fólico (se encuentra en la mayoría de los suplementos multivitamínicos) puede reducir el riesgo de tener un bebé con espina bífida.
Tratamientos para espina bífida
El tratamiento de la espina bífida dependerá de la gravedad del caso. Es posible que la oculta no precise tratamiento, pero otros tipos sí. El tratamiento principal es la cirugía, y puede realizarse antes del nacimiento (cirugía fetal), concretamente antes de la semana 26 de embarazo. Hay que tener en cuenta que la función nerviosa del bebé con espina bífida puede empeorar tras el nacimiento si no se trata. La espina bífida puede tratarse con cirugía.
En el caso del meningocele, la cirugía tras el nacimiento consiste en colocar las meninges en su sitio y cerrar la abertura de las vértebras. En cuanto al mielomeningocele, la cirugía se realiza para minimizar los riesgos de sufrir una infección que implica tener los nervios expuestos.
¿Qué especialista lo trata?
El especialista que suele tratar la espina bífida es el neurocirujano.