Farmacia de los Chupetes

En mayo de 1973, comenzamos nuestra andadura en un barrio nuevo de gente maravillosa que pronto comenzó a llamarnos “Farmacia de los Chupetes” por las lámparas en forma de chupete con las que se inauguró y que todavía hoy nos acompañan. Mi padre, Eduardo Escudero del Corral, farmacéutico de vocación, licenciado en veterinaria, había ejercido anteriormente, durante siete años, en un pueblecito de Galicia. Y como había hecho allí, se dedicó, desde el principio, a cuidar y atender a las personas, a escucharlas, a tenderles la mano y a ayudarlas en todas sus necesidades. Cincuenta años después, seguimos su camino tratando de vivir nuestro día a día de la forma más humana, pues creemos que la salud del cuerpo es reflejo de la salud del alma. Todos nuestros esfuerzos se concentran en vivir la farmacia desde el corazón y dar a quienes confían en nosotros lo mejor con una sonrisa.