Tengo una rotura del supraespinoso: ¿me he de operar?
Written in association with:El supraespinoso y el manguito de los rotadores
Las roturas del supraespinoso son un hallazgo frecuente en los pacientes que presentan dolor nocturno y refieren una perdida de fuerza del brazo. Además del supraespinoso, existen 3 otros músculos que se insertan en el húmero proximal (hombro) que son: el infraespinoso, redondo menor y subescapular. El conjunto de estos 4 músculos se denomina el manguito de los rotadores y son los músculos que permiten el movimiento del brazo: elevación, abducción y rotaciones. Por ello, una rotura de cualquiera de estos músculos puede provocar en el paciente una gran incapacidad y dolor.
Existen diferentes causas, la más frecuente siendo las roturas degenerativas de los tendones del brazo por sobreuso. Por otro lado, están las roturas traumáticas agudas debido a caídas de altura que suelen ser más frecuentes en pacientes jóvenes por accidentes en el entorno laboral.
¿Cómo se diagnostica?
El diagnóstico de una rotura del manguito suele ser clínico donde se evidencia en la exploración física una limitación de la movilidad activa con una perdida marcada en la fuerza del brazo afecto.
Este hallazgo se confirma con una prueba de imagen: una Ecografía o una Resonancia Magnética.
La ecografía, al ser una prueba que es operador dependiente, tiene sus limitaciones al solo poder ver la rotura en tiempo real el radiólogo que la realiza. De todas formas, es una prueba útil sobre todo en pacientes con claustrofobia.
La Resonancia Magnética en las roturas del manguito suele ser muy útil porque no solo nos permite ver el tipo de rotura sino también nos permite cuantificar el grado de retracción de los tendones, la cantidad de atrofia grasa y por lo tanto de forma indirecta nos permite a los cirujanos valorar la reparabilidad de la lesión.
¿Tratamiento?
El tratamiento de una rotura de los tendones del manguito va a depender de varios factores: edad, tipo de actividad, presencia de artrosis y grado de infiltración grasa entre otros.
De forma general, las roturas pequeñas degenerativas se pueden tratar de forma conservadora o no quirúrgica con un control del dolor y un programa de rehabilitación dirigido.
En cambio, las roturas de tamaño mediano o grande en pacientes activos sin artrosis se recomienda la cirugía por artroscopia para evitar la progresión, recuperar la movilidad y eliminar el dolor.
La reparación por artroscopia es una técnica mínimamente invasiva que consiste en volver a poner al sitio el tendón roto mediante implantes con suturas. En pacientes con poca patología médica se puede realizar la cirugía sin ingreso hospitalario. Tras la reparación, el paciente deberá llevar un cabestrillo a tiempo completo durante 1 mes y posteriormente comenzará un programa de rehabilitación dirigido donde primero se trabajará en recuperar la movilidad durante los dos primeros meses y la fuerza a partir del tercer mes. A pesar de ser un proceso de rehabilitación largo, los pacientes operados que la realizan de forma correcta al final consiguen un re-establecimiento de la fuerza y la eliminación del dolor.