Enfermedades cerebro vasculares, la segunda causa de mortalidad en la población
Written by:Hoy en día, las enfermedades cerebro vasculares se consideran la segunda causa de mortalidad en la población en general. El accidente cerebro vascular (ACV), también conocido como ictus, forma parte de este grupo de afectaciones.
A lo largo de este artículo se abordarán varios conceptos necesarios para comprender qué implica este proceso vascular, junto a la Psicóloga Nerea Nuñez Robles.
![El ACV es comúnmente definido como ictus](/files/Image/large/0d9dfd10b53d7433cd9cc2e3d2a8ae46.jpg)
¿Qué es un Accidente Cerebro Vascular?
El ACV es una afectación del sistema nervioso central, que tiene lugar cuando se interrumpe o se reduce el flujo sanguíneo en alguna zona del cerebro. La sangre transporta el oxígeno y los nutrientes necesarios para las células. Cuando la irrigación sanguínea aminora, las células se ven seriamente afectadas, pudiendo llegar a la muerte, lo que implica la pérdida de las funciones asociadas.
La gravedad del ACV va a depender del tamaño de la zona directamente afectada (zona infartada) y de la zona de penumbra (zonas próximas al punto infartado, que se afectan como consecuencia).
En función de la causa que genera la reducción del flujo, hablamos de dos tipos de ACV: el isquémico y el hemorrágico.
ACV isquémico
Un ictus isquémico se da como consecuencia de la obstrucción de un vaso irrigador, que impide que la sangre llegue a la zona de manera adecuada. La obstrucción del ACV isquémico puede ser consecuencia de un trombo, o bien de un émbolo.
ACV hemorrágico
Un ictus hemorrágico se da por la rotura de un vaso sanguíneo que, al generar una hemorragia, afecta a la irrigación normal. La sangre sale del canal y se filtra en el tejido cerebral. De modo que, se coloca en sitios que no le corresponden y genera presión en las zonas invadidas, afectando a las funciones asociadas.
Existen dos subtipos de ACV hemorrágico, según dónde tiene lugar la hemorragia:
- Hemorragia intracerebral.
- Hemorragia subaracnoidea.
Las células, al no recibir el oxígeno y nutrientes suficientes, no pueden llevar a cabo de manera adecuada sus funciones, lo que se manifiesta a través de sintomatología específica, que dependerá de la zona que se esté afectando.
¿Cuáles son los síntomas de un ACV?
La sintomatología del ACV variará en función del área que esté afectada, y el nivel de gravedad de la lesión va a depender del tiempo en que las neuronas se han visto privadas de oxígeno y nutrientes.
A pesar de la especificidad del área, existen síntomas comunes que describen un ACV:
- Parálisis motoras.
- Disminución de la fuerza.
- Desequilibrio y dificultad para realizar tareas sencillas.
- Cambios en la marcha.
- Dificultad en el habla y boca torcida.
- Afectación de la musculatura facial y desviación de los ojos.
- Alteración de la visión (visión doble y ceguera parcial o total).
- Desorientación o discurso incoherente repentino.
- Disminución del estado de conciencia.
Tratamiento y abordaje de la patología
Desde el papel de la neuropsicología, se debe realizar una evaluación neuropsicológica que nos informe sobre qué funciones están afectadas y el nivel de gravedad de la lesión.
Es importante no demorar este paso ya que el cerebro tiene un período de recuperación limitado (6 meses desde el ACV). Si se deja pasar mucho tiempo desde el momento de la lesión, el cerebro se acostumbra a no utilizar las conexiones de las áreas afectadas y termina por perder por completo la función asociada.
Con los resultados de la evaluación debemos crear un programa de rehabilitación individual que se centre en los siguientes objetivos:
- Recuperar, en la medida de lo posible, aquellas conexiones y áreas dañadas.
- Entrenar aquellas áreas y conexiones intactas o funcionales, para que asuman las funciones de las áreas con daño irreversible.