¿Qué es la embolización de miomas uterinos?
La embolización de los miomas uterinos es un nuevo tratamiento de estos tumores benignos en el que se evita la cirugía, ya que se realiza usando la radiología.
Esa técnica la realiza un radiólogo intervencionista, que es un médico especializado entratamientos bajo control radiológico y que está especialmente entrenado para llevar a cabo el procedimiento.
¿Por qué se realiza?
En un principio, la embolización de miomas uterinos se hacía para contener y limitar la hemorragia durante la cirugía abierta, ya que estos tumores están muy vascularizados. Actualmente se ha comprobado que con la embolización por vía endovascular se resuelven los síntomas y no es necesario proceder a cirugía para completar el tratamiento.
La embolización se realiza con anestesia general mediante una incisión en la ingle de 3 mm que permite introducir un fino catéter que avanza, guiado por Rayos X, hacia la arteria uterina que mantiene activo el mioma. Así, una vez en el lugar adecuado, se inyectan pequeñas micropartículas que son llevadas hasta los miomas por el flujo sanguíneo, donde obstruyen los vasos, cortando su aporte sanguíneo y logrando que disminuyan de tamaño y desaparezcan los síntomas.
¿En qué consiste?
La embolización se realiza con anestesia general mediante una incisión en la ingle de 3 mm Consiste en colocar un catéter por vía intrarterial puncionando la arteria femoral a través de la piel. Con control radiográfico, este catéter se dirige a las arterias uterinas y, una vez en el sitio adecuado, se inyectan pequeñas partículas que cierran las pequeñas ramas arteriales que nutren al mioma. El tejido del tumor muere y el mioma disminuye de tamaño y, en la mayoría de los casos, los síntomas desaparecen.
Las partículas que se utilizan son de distintos materiales, todas son seguras y efectivas y se enclavan en las arterias uterinas de forma que no pueden liberarse y circular hacia otras partes del cuerpo.
Preparación para la embolización de miomas uterinos
Antes de realizarse la intervención un ginecólogo debe confirmar si los síntomas que presenta la paciente y que motivan este procedimiento son deben realmente a la presencia de los miomas. Además se realizará un estudio con resonancia magnética o ecografía para valorar el número de miomas, su localización precisa y el tamaño.
Puede ser que también se realice una laparoscopia para ver directamente la superficie de los órganos abdominales y pélvicos.
Si el sangrado es el síntoma más importante que sufre la paciente está indicado realizar una biopsia del endometrio para descartar cáncer.
Cuidados tras la intervención
Tras la intervención se recomienda a la paciente que se lo tome con calma, evitando la actividad extenuante durante la primera semana. En cuanto al tema sexual, debe consultarse con el especialista, pero se recomienda esperar alrededor de un mes para volver a mantener relaciones sexuales.
Alternativas a este tratamiento
La opción de la cirugía tradicional de extracción de los miomas se realiza mediante una incisión y abertura en el abdomen o la vagina. Existen dos tipos:
- Miomectomía: Se practica única y exclusivamente la exéresis del mioma, preservando el útero que debe ser reconstruido durante el acto quirúrgico. Esta técnica no evita la posibilidad de que en el futuro vuelvan a aparecer nuevos miomas uterinos.
- Histerectomía: Esta cirugía consiste en la exéresis total del útero. La extirpación completa del útero solo se indicará en casos de sangrados masivos que no cesan con otras técnicas, en aquellas mujeres perimenopáusicas que no deseen tener más hijos y con otras enfermedades ginecológicas (CIN, endometriosis…) o con síntomas muy incapacitantes.