Terapia celular
¿Qué es la terapia celular?
La terapia celular es un procedimiento basado en la técnica de suspensión de células autólogas de la piel (de la primera capa de la epidermis), es decir, la extracción de células del propio paciente. Se considera una de las expresiones más avanzadas de la Medicina regenerativa.
¿Por qué se realiza?
La técnica de suspensión de células autólogas de la piel se utiliza principalmente para enfermedades capilares:
- Alopecia areata.
- Alopecia cicatricial.
- Alopecia androgenética.
- Cicatrices atróficas.
- Úlceras cutáneas.
- Vitíligo.
Además, la terapia celular se lleva a cabo en Dermatología en tratamientos antienvejecimiento para mejorar el aspecto de la piel, que estará más tonificada, hidratada y con las arrugas menos visibles.
¿En qué consiste?
La terapia celular consiste en la implantación de nuevas células en el tejido para tratar una enfermedad específica.
Tiene la capacidad de estimular la formación de nuevas células de la piel y la fase de actividad de los bulbos pilosos. La fase de actividad de los bulbos pilosos está representada por:
- Crecimiento del folículo y aumento del diámetro.
- Formación del tallo del cabello.
- Alargamiento del cabello.
Beneficios de la terapia celular
La terapia celular ofrece una serie de beneficios potenciales que pueden tener un impacto significativo en el tratamiento y la gestión de diversas enfermedades y lesiones. A continuación, se presentan algunos de los beneficios clave de la terapia celular:
- Regeneración de tejidos y órganos. Una de las ventajas más destacadas de la terapia celular es su capacidad para regenerar tejidos y órganos dañados en el cuerpo. Las células madre y otras células progenitoras tienen la capacidad única de diferenciarse en diferentes tipos de células, lo que les permite reemplazar o reparar tejidos dañados.
- Tratamiento de enfermedades crónicas. La terapia celular ofrece nuevas esperanzas para el tratamiento de enfermedades crónicas y degenerativas, como enfermedades cardíacas, diabetes, enfermedades neurodegenerativas y trastornos autoinmunes. Al dirigirse directamente a la causa subyacente de estas enfermedades, la terapia celular puede ayudar a mejorar los síntomas y ralentizar la progresión de la enfermedad.
- Reducción de la inflamación y el dolor. Muchas enfermedades y lesiones están asociadas con la inflamación crónica y el dolor. La terapia celular puede ayudar a reducir la inflamación y el dolor al promover la regeneración de tejidos y alentar la curación en el sitio de la lesión.
- Minimización del riesgo de rechazo. Con enfoques como la terapia con células madre inducidas (iPSC), que utiliza células del propio paciente, se puede minimizar el riesgo de rechazo del cuerpo. Esto aumenta la seguridad y la eficacia de la terapia celular, ya que se reduce la posibilidad de una respuesta inmunitaria adversa.
- Personalización del tratamiento. La terapia celular puede ser personalizada para adaptarse a las necesidades individuales de cada paciente. Esto significa que se pueden desarrollar enfoques de tratamiento específicos para abordar las condiciones médicas y las características genéticas únicas de cada individuo.
- Mejora de la calidad de vida. Al promover la regeneración y la curación en el cuerpo, la terapia celular puede mejorar la calidad de vida de los pacientes al reducir los síntomas de la enfermedad, restaurar la función normal y aumentar la movilidad y la independencia.
¿Existen riesgos?
Al igual que cualquier tratamiento médico, la terapia celular conlleva ciertos riesgos y desafíos que deben ser considerados. Algunos de los riesgos potenciales asociados con la terapia celular incluyen:
- Reacciones adversas: existe la posibilidad de que el cuerpo pueda tener una reacción adversa a las células transplantadas, lo que puede provocar inflamación, dolor u otros síntomas.
- Formación de tumores: en algunos casos, las células transplantadas pueden desarrollar un crecimiento no deseado, lo que puede llevar a la formación de tumores. Este riesgo es particularmente relevante en el caso de células madre pluripotentes, que tienen el potencial de diferenciarse en diferentes tipos de células.
- Infección: existe el riesgo de infección asociado con cualquier procedimiento médico que involucre la introducción de material biológico en el cuerpo. Los pacientes que reciben terapia celular pueden estar en mayor riesgo de infección, especialmente si su sistema inmunológico está comprometido.
- Rechazo del cuerpo: a pesar de los esfuerzos para minimizar el riesgo de rechazo utilizando células del propio paciente, aún existe la posibilidad de que el cuerpo pueda rechazar las células transplantadas, lo que puede limitar la eficacia del tratamiento.
- Efectos secundarios desconocidos: dado que la terapia celular es un campo relativamente nuevo y en constante evolución, todavía hay mucho que aprender sobre sus posibles efectos secundarios a largo plazo. Es posible que surjan efectos secundarios desconocidos a medida que se utilicen nuevas técnicas y enfoques de tratamiento.