Psicoterapia infantil
¿Qué es la psicoterapia infantil?
También conocida como terapia infantil, se basa en los distintos métodos y técnicas utilizados para ayudar a los más pequeños. Estos niños pueden tener problemas de comportamiento o con sus emociones.
El objetivo es lograr que los niños sean capaces de desarrollar y construir una autoestima sana, mejorando sus habilidades sociales y la comunicación. También se trabaja para mejorar la inteligencia emocional y relacional. Para conseguirlo, los padres aprenden técnicas psicológicas que podrán ayudar a influir en el comportamiento y las emociones de su hijo.
¿Por qué se realiza?
Cuando un niño sufre dificultades emocionales o psicológicas puede ser necesario la ayuda de un especialista. Algunas de las señales que pueden indicar la necesidad de terapia son:
Bajo rendimiento escolar Hiperactividad Problemas de conducta, como rabietas, agresividad, ira en exceso, etc. Dificultad para conciliar el sueño Problemas de lectura o lenguaje Dificultad para mantener la atención Conductas obsesivas y repetitivas Cambios en el apetito Timidez o problemas de relación social Miedo irracional
¿En qué consiste?
La psicoterapia infantil se basa en tres elementos principales que la diferencian de la terapia para adultos.
El juego: se trata de un elemento clave en la terapia. En edades tempranas, el juego es el lenguaje de los niños, por lo que la psicoterapia infantil se centra en actividades lúcidas. A través de él, son capaces de comunicarse, divertirse y aprender, así como representar sus deseos, miedos, conflictos, problemas o preocupaciones. Colaboración de la familia: la terapia puede realizarse conjuntamente con los padres, combinando sesiones mixtas e individuales. En cualquier caso, la implicación directa de la familia es fundamental y necesaria, para conocer los avances y recibir las indicaciones del especialista. De esta manera, la terapia puede continuar en casa, con cambios en la relación con los niños, intensificar la comunicación, entre otros. Diferentes niveles de objetivos: es importante que los padres y el niño sean conscientes de los objetivos propuestos para intentar igualar los grados de satisfacción con la terapia. El especialista debe intentar adaptarse y aclarar los intereses y objetivos del proceso.