¿Qué es lo que se analiza?

La prueba de cultivo fúngico se utiliza para detectar la presencia de hongos en una muestra biológica, como la piel, las uñas, el cabello, la sangre o las secreciones.

¿Cuándo se utiliza?

Esta prueba se utiliza cuando hay sospecha de una infección fúngica, como micosis cutánea, onicomicosis, candidiasis, aspergilosis, entre otras.

¿Por qué hacer el análisis?

El análisis se realiza para confirmar la presencia de hongos y determinar qué tipo está causando la infección, lo que ayuda a guiar el tratamiento adecuado.

¿Cuándo hacer el análisis?

Se debe hacer el análisis cuando se presentan síntomas de infección fúngica, como enrojecimiento, picazón, descamación, cambios en las uñas, entre otros.

¿Qué muestra se requiere?

La muestra puede variar dependiendo del sitio de la infección, pero comúnmente se toma una muestra de piel, uñas, cabello o secreciones.

¿Es necesario algún tipo de preparación previa?

Por lo general, no se requiere ninguna preparación especial para este análisis. Sin embargo, se recomienda limpiar y secar adecuadamente el área de la muestra.

¿Cómo se utiliza?

La muestra se coloca en un medio de cultivo específico para hongos y se incuba en condiciones controladas para permitir que los hongos crezcan. Luego, se observa el crecimiento y se identifica la especie de hongo presente.

¿Cuáles son los valores normales?

Los valores normales varían dependiendo del tipo de muestra y del laboratorio que realice el análisis. Un resultado normal significa que no se observa crecimiento fúngico.

¿Qué significa tener valores alterados?

Valores alterados indican la presencia de hongos, lo que sugiere una infección fúngica. El tratamiento adecuado dependerá del tipo de hongo identificado y la gravedad de la infección.

En la siguiente tabla, se detallan los valores normales de la prueba de cultivo fúngico para diferentes tipos de muestras: