Pérdida de equilibrio
¿Qué es la pérdida de equilibrio?
La pérdida de equilibrio es la sensación del paciente de fuerte inestabilidad, que le hacen sentir que puede caerse o que tiene su entorno se mueve sin control.
A menudo, la pérdida de equilibrio se expresa en palabras del paciente como mareos o vértigo. Ambos síntomas pueden ser causados por diversas patologías del sistema nervioso central, pero deberían descartarse también problemas situados en el oído medio o disfunciones más generales, como anemia o alteraciones del ritmo cardíaco.
Pronóstico de la enfermedad
La pérdida de equilibrio afecta directamente a la calidad de vida del paciente y, por lo tanto, debe estudiarse.
Aunque en la mayoría de casos no se trata de una urgencia sanitaria, puede llegar a ser incapacitante y es causa de muchas ausencias laborales.
Síntomas de pérdida de equilibrio
Los principales síntomas de la pérdida de equilibrio son la falta de estabilidad, el vértigo, la sensación de movimiento o vueltas y los mareos. Además, pueden presentar presíncope, es decir, una sensación de desmayo.
Pruebas médicas para la pérdida de equilibrio
Los problemas de equilibrio pueden darse por múltiples problemas y patologías, con lo cual, el proceso de diagnóstico puede ser algo extenso mientras se van descartando las posibles causas.
En primer lugar, el especialista médico recogerá la historia clínica del paciente y realizará un examen físico para obtener alguna información sobre la causa de la pérdida de equilibrio.
Algunas de las pruebas que se suelen realizar para hallar la causa de los trastornos de equilibrio son:
- Resonancia magnética o TAC: estas pruebas de diagnóstico por imagen se realizan para observar posibles patologías en las estructuras internas que causen el problema de equilibrio.
- Audiometría: la medición de audición se realiza porque en el oído se encuentra el sistema vestibular, encargado de la estabilidad y el equilibrio.
- Videoinstagmografía y electronistagmografía: estas pruebas observan los movimientos oculares, que también intervienen en el sistema vestibular del equilibrio. También puede realizarse la prueba en un sillón giratorio para medir los movimientos durante el giro.
- Maniobra Dix-Hallpike: consiste en que el especialista médico gire con cuidado la cabeza del paciente para observar los movimientos oculares.
- Control de la presión arterial: se observa los cambios bruscos de presión y de frecuencia cardíaca para determinar si una falta de presión o una enfermedad cardíaca están provocando los síntomas de desestabilidad.
¿Cuáles son las causas de la pérdida de equilibrio?
Los problemas de equilibrio pueden venir dados por distintas patologías, siendo las más frecuentes:
- Problemas vestibulares.
- Problemas de visión.
- Problemas articulares.
- Efecto de determinados medicamentos.
- Enfermedades neurológicas como la espondilosis cervical o la enfermedad de Parkinson.
- Neuropatía periférica.
Tratamientos para la pérdida de equilibrio
El tratamiento de estos problemas de estabilidad variará en función del grado de desequilibrio y su causa. Las principales medidas que se pueden tomar son las siguientes:
- Rehabilitación vestibular: ejercicios de rehabilitación especializada para entrenar el equilibrio y evitar caídas. El especialista terapeuta puede recomendar un dispositivo que ayude a mantener el equilibrio, como un bastón.
- Reposicionamiento canalicular: este tratamiento extrae las partículas desplazadas del oído interno que están causando las pérdidas de equilibrio.
- Nuevos hábitos saludables: en casos de migrañas y otras patologías similares, se prescriben cambios en la dieta o el uso de medias de compresión para mejorar la estabilidad.
- Medicamentos: ciertos medicamentos están especialmente indicados para controlar los mareos, vértigos y problemas de equilibrio.
- Cirugía: en casos de deteminadas enfermedades, el paciente requerirá una intervención quirúrgica.
¿Qué especialista lo trata?
El especialista neurólogo es el encargado de tratar los problemas de mareos y pérdidas de equilibrio. Es posible que, en función de la causa de la inestabilidad, se requiera la colaboración de un especialista otorrinolaringólogo u oftalmólogo.