Adenopatía

Creado: 13/11/2012
Editado: 21/09/2023

¿Qué es una adenopatía?

Una adenopatía, también conocida como linfadenopatía, es una enfermedad en los ganglios linfáticos. No obstante, normalmente se utiliza este término como un sinónimo de una inflamación o un aumento del tamaño de los ganglios linfáticos.

 

Los ganglios y los nódulos son estructuras del sistema linfático que desempeñan un papel fundamental a la hora de combatir infecciones del cuerpo. Su función consiste en filtrar, atrapando virus, bacterias y otros generadores de infecciones antes de que éstas afecten a otras partes del cuerpo.

 

Una adenopatía indica una hipertrofia en los ganglios linfáticos. Existen varios tipos:
 

  • Adenopatía localizada: en función de su ubicación.
     
  • Adenopatía generalizada: un ejemplo podría ser la gripe, ya que se trata de una infección generalizada en todo el cuerpo.
     
  • Adenopatía generalizada persistente: está presente en el cuerpo durante mucho tiempo, aunque sin causa aparente.

 

En función de la zona en la que se encuentre, se puede hacer una distinción entre los distintos tipos de adenopatías: lingual, cervical, axilar, mediastínica… En pacientes menores de 30 años, la aparición de adenopatías está originada por causas benignas en un 70% de los casos.
 

 

 

Pronóstico de la adenopatía

Las adenopatías están causadas por una amplia variedad de enfermedades y o medicamentos. Cuando una persona es diagnosticada con adenopatía, normalmente se genera con frecuencia cierto miedo a que ésta desemboque en un proceso maligno. Se trata de algo posible, aunque estadísticamente es más común que su origen sea bacteriano o viral, y normalmente se resuelven por sí mismas o con un tratamiento antimicrobiano.

 

Es el caso de las adenopatías localizadas supraclaviculares, que en el 90% de los casos de mayores de 40 años son malignas. Cuando la zona afectada es la derecha se asocia a cáncer de mediastino, cáncer de pulmón o cáncer de esófago. En el caso del ganglio de Virchow, hablamos de un ganglio que se asocia a metástasis de un primario gastrointestinal. Es común también en tumores renales, de próstata, testiculares u ováricos.

 

En el caso de las adenopatías localizadas en la mandíbula o en la yugular, suelen indicar la presencia de un tumor maligno de cabeza y/o cuello o de linfoma.

 

 

Síntomas de la adenopatía

El sistema linfático es principalmente una red de ganglios linfáticos, vasos sanguíneos y órganos ubicados en todo el cuerpo. Cabe destacar que muchos de los ganglios linfáticos se encuentran ubicados en la cabeza y el cuello, por lo que suelen ser las zonas más afectadas, aunque también cabe mencionar las axilas y las ingles.

 

Una inflamación de los ganglios linfáticos señala que alguna cosa no funciona bien en el cuerpo. Algunos síntomas que el afectado puede sentir son los siguientes:

  • Sensibilidad y dolor en los ganglios.
     
  • Inflamación y aumento del tamaño de los ganglios.
     
  • Dolor de garganta, fiebre, catarro y sensación de moqueo constante, así como otros indicios de que existe una infección en las vías respiratorias.
     
  • Inflamación general de los ganglios en todo el cuerpo. Esto podría indicar la presencia de una infección, como la mononucleosis o el VIH, o un trastorno de tipo inmunitario como bien podrían ser la artritis reumatoide o el lupus.
     
  • Fiebre.
     
  • Sudoración nocturna.
     
  • Ganglios duros y fijos en su lugar. Su crecimiento es rápido y puede indicar un tumor.
     
  • Sensibilidad en la piel de la zona del ganglio linfático.

 

Una adenopatía es una enfermedad de los ganglios linfáticos
 

 

 

Pruebas médicas para la adenopatía

A la hora de efectuar el diagnóstico de la adenopatía, es necesario llevar a cabo una anamnesis, nombre que se le da al conjunto de datos que se obtienen y recogen de la historia clínica de un paciente con el fin de conseguir un diagnóstico concreto.

 

En la anamnesis se tienen en cuenta los siguientes puntos:
 

  • Edad.
     
  • Sexo.
     
  • Antecedentes personales: contacto con animales, relaciones sexuales, cirugías recientes, adicción a las drogas, alimentación…
     
  • Antecedentes familiares.
     
  • Contexto clínico.
     
  • Cronología.

 

A su vez, se debe llevar a cabo una exploración física en la que se exploren todas las regiones en las que existan ganglios.

 

Otras pruebas que se pueden realizar para tratar de diagnosticar la adenopatía son:

  • Hemogramas.
     
  • Pruebas de diagnóstico por imagen entre las que se incluyen: TAC, ecografías, resonancias y gammagrafía.
     
  • Biopsia de los ganglios linfáticos.
     
  • Análisis de sangre.

 

 

¿Cuáles son las causas de la adenopatía?

La causa más frecuente de que se de una inflamación en los ganglios linfáticos es una infección, normalmente una infección de tipo viral, como puede ser el resfriado común.

 

Otras causas frecuentes de los ganglios debido a infecciones son:
 

  • Faringitis estreptocópica..
     
  • Infección de oído.
     
  • Sarampión.
     
  • Mononucleosis.
     
  • Infecciones en la piel.
     
  • VIH.

 

Se dan, aunque con menos frecuencia otras enfermedades o patologías, tales como la tuberculosis, infecciones de transmisión sexual como la sífilis, una toxoplasmosis o la llamada fiebre por arañazo de gato.

 

En otras ocasiones, son trastornos del sistema inmune los que provocan enfermedades como la artritis reumatoide o el lupus.

 

Según la Asociación Española Contra el Cáncer, el cáncer también puede ser tanto una causa como una consecuencia de las adenopatías, especialmente el linfoma, la leucemia y cánceres que se propagan y hacen metástasis en los ganglios.

 

 

¿Se puede prevenir la adenopatía?

No existe una forma concreta de prevenir las adenopatías.

 

No obstante, existen una serie de remedios caseros con los que aliviar las molestias o el dolor de los ganglios linfáticos inflamados:
 

  • Aplicar compresas tibias.
     
  • Descanso.
     
  • Analgésicos de venta libre.

 

 

Tratamientos para la adenopatía

No existe un tratamiento específico para este problema. El tratamiento se inicia una vez que se identifica la causa del problema.

 

Salvo que se conozca que la causa de la infección es bacteriana, no deben aplicarse antibióticos, aunque es una práctica habitual. Los corticoides no deben administrarse tampoco, ya que pueden dificultar el diagnóstico de enfermedades de tipo hematológico o activar una infección subyacente. Cabe mencionar que el tratamiento para los ganglios linfáticos depende de la causa. En el caso de que la causa sea una infección, el tratamiento será el de antibióticos.

 

En el caso de los trastornos inmunitarios como la artritis reumatoide o el lupus, el tratamiento se dirige a la mencionada afección.

 

En el caso de que los ganglios se hayan inflamado por un cáncer, el tratamiento estará dedicado a tratar este último, por lo que puede precisar del uso de cirugía, radioterapia o quimioterapia.

 

 

¿Qué especialista trata la adenopatía?

El abordaje de las adenopatías es multidisciplinar, ya que existen diversos especialistas que pueden encargarse de tratar este problema.

 

Entre ellos se encuentran el especialista en Medicina Interna y el especialista en Cirugía general, aunque el endocrinólogo y otros especialistas también pueden participar en su diagnóstico y/o tratamiento.