Absceso anal
¿Qué es el absceso anal?
Un absceso anal o anorrectal es un cúmulo de pus en la zona del ano y el recto.
¿Qué síntomas presenta?
Los síntomas principales del absceso anal son hinchazón alrededor del ano que se acompaña de un dolor intenso y constante, que se acentúa con durante las deposiciones.
Además, se pueden dar otros síntomas:
- Estreñimiento
- Secreción de pus por el ano
- Cansancio, fiebre, escalofríos e incluso sudores nocturnos
- Tejido endurecido, enrojecido y doloroso en la zona anal
- En los bebés, irritación e intranquilidad, al haber una protuberancia enrojecida e inflamada alrededor del ano
Causas del absceso anal o por qué se produce
Existen distintas causas del absceso anorrectal:
- Glándulas obstruidas anales
- Infección de fístulas anales
- Infecciones de transmisión sexual
- Enfermedad de Crohn o diverticulitis (abscesos rectales profundos)
¿Cuáles son los factores de riesgo?
Existen determinados aspectos que pueden aumentar el riesgo de absceso anal:
- Sexo anal
- Tratamiento de quimioterapia
- Diabetes
- Colitis ulcerosa
- Medicamentos corticosteroides
- Sistema inmunitario débil
- Bebés y niños con anteriores fístulas anales
¿Se puede prevenir?
El hecho de administrar un tratamiento rápido y prevenir las enfermedades de transmisión sexual pueden ser medidas de prevención de abscesos anales. De ahí que el uso del preservativo sea esencial, incluso en el sexo anal.
En los bebés y niños pequeños, el cambio frecuente del pañal y una limpieza adecuada puede ayudar a prevenir el absceso anal y las fístulas.
¿En qué consiste el tratamiento?
El absceso anal no desaparece por sí solo ni se puede tratar con antibiótico, por lo que se requiere de cirugía para abrir y drenar el absceso. Normalmente se trata de una intervención ambulatoria, por lo que el paciente vuelve al hogar en el mismo día de la operación.
Tras la cirugía el paciente, necesitará darse baños de asiento tibios, sentándose en una tina o bidet con agua tibia. Esto ayudará a aliviar los dolores, reducir la inflamación y facilitar el drenaje, ya que los abscesos no suelen cerrarse, para que logren drenar todo el pus.