¿Es la vacuna contra la Covid-19 segura?

En los últimos meses ha habido mucha polémica en torno a las diferentes vacunas disponibles contra la Covid-19, e incluso se ha puesto en duda si deberíamos vacunarnos contra la enfermedad. El hecho de que se produjeran efectos secundarios puntuales en algunos pacientes tras recibir la vacuna sembró el pánico y empezaron a brotar muchas teorías al respecto. El Dr. Baca Cots, especialista en Pediatría y gran experto en vacunas, nos aclara todas las dudas en la siguiente entrevista.

Dr. Baca, ¿qué son las vacunas y para qué sirven?

Las vacunas son aquellos preparados producidos a partir de  bacterias, virus atenuados, muertos y obtenidas por ingeniería genética u otras tecnologías complejas. Las vacunas se administran a las personas con el objetivo de generar inmunidad activa (defensas) y duradera en el tiempo contra una infección, estimulando la producción de anticuerpos. El resultado final es protegernos frente a las infecciones, ya que nuestro sistema inmune podrá reconocer la infección y destruirla.

Cuando  administramos  una vacuna nuestro  sistema inmunológico reconoce el antígeno (es una mínima parte del agente infeccioso), detecta la enfermedad y produce anticuerpos (defensas) contra ella.

Básicamente engañamos al organismo y, mediante el sistema inmunológico, “convencerle” de que está siendo afectado por una infección y que necesita producir “defensas” frente a esta infección. Esta situación se mantiene siempre activa, de por vida, vigilando la aparición de nuevas infecciones. Lo llamamos “inmunidad permanente” y sirve para toda nuestra vida.

Otro salto “tecnológico” incluso más complejo son las  vacunas combinadas, como la hexavalente, que permiten inmunizar simultáneamente frente a varias enfermedades importantes, en este caso seis enfermedades.

¿Es recomendable vacunarse? ¿Por qué?

El mayor éxito en la historia de la medicina preventiva, junto a la potabilización de las aguas, son las vacunas, que han evitado la enfermedad y la muerte de millones de personas. En algunos casos, como la viruela o la polio, se ha llegado a erradicar la enfermedad. Actualmente el perfil de seguridad de las vacunas es excelente y el método funciona de forma más eficaz para no volver a las pandemias que ha soportado la humanidad son las vacunas.

¿Es bueno vacunarse para patologías como la gripe común, por ejemplo?

La gripe es un gran problema de salud. Origina gran mortalidad y muchas  complicaciones. Unido a todo esto están los costes sociales y el gran daño económico. La vacunación es la única vía real de evitar la gripe y, sobre todo, sus complicaciones graves. Además, tenemos que tener la “conciencia social” de que, al vacunarnos, conseguimos evitar la enfermedad y evitar su transmisión a otros conciudadanos.

¿Qué vacunas existen actualmente para frenar el coronavirus?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) clasifica las vacunas de la siguiente forma:

  1. Las vacunas de ARNm contra la COVID-19: es un enfoque pionero que utiliza ARN o ADN modificados para originar una respuesta inmunitaria (defensas). Se trata de las vacunas  de Pfizer-BioNTech y Moderna, así como CureVac.
  2. Otra posibilidad son aquellas vacunas Covid que utilizan vectores virales. En estas vacunas se inyecta otro virus que es “menos dañino” pero que transporta “partes” del coronavirus, generando respuesta inmune de defensas. Es el caso de Janssen, de Johnson & Johnson, y de Astra Zeneca Vaxzevria. Los investigadores de Gamaleya (SputnitV) utilizaron virus del resfriado común, optaron por dos vectores de adenovirus diferentes (rAd26 y rAd5) administrados por separado en una primera y segunda dosis, con 21 días de diferencia.
  3. Otra modalidad son las que utilizan fragmentos inocuos de proteínas o estructuras proteínicas que imitan el virus causante de la Covid-19, con el fin de generar una respuesta inmunitaria. Las vacunas Covid basadas en proteínas tienen como principal exponente Novavax.
  4. Vacunas Covid con virus inactivados o atenuados: inyectando un virus inactivado en el organismo. El suero CoronaVac (producido en China) y Sinovac han dado luz verde a inocular otras tres vacunas (dos de Sinopharm y una de Cansino). Utilizan un virus previamente inactivado o atenuado, de modo que no provoca la enfermedad, pero aun así genera una respuesta inmunitaria.
  5. Utilizando un antígeno derivado de la proteína pico (S) de coronavirus, como es el caso de Novavax.
Los efectos secundarios de las vacunas contra la Covid-19 son muy poco frecuentes,
y no difieren mucho de los síntomas que puede dar cualquier otra vacuna

¿Son todas las vacunas igual de seguras? ¿Qué efectos secundarios está dando cada una de ellas?

Los  efectos secundarios que provocan las vacunas contra el coronavirus son más frecuentes entre los jóvenes. Los efectos adversos de las vacunas contra la Covid-19 no son muy diferentes al resto de vacunas y se toleran con facilidad. Por ejemplo, hinchazón en el brazo, dolor de cabeza,  fiebre o malestar general.

En estos primeros meses  de vacunación se ha comprobado que los efectos adversos provocados por las dosis de Pfizer, Moderna y AstraZeneca coinciden con lo  detectado  en los ensayos clínicos.

Pfizer. Según consta en la ficha técnica, las reacciones más comunes son:

  • Dolor en la zona donde se pone la inyección (80%)
  • Cansancio (60%)
  • Dolor de cabeza (50%)

Moderna. Entre los síntomas más habituales se encuentran, por este orden:

  • Dolor en la zona de la inyección (92%)
  • Cansancio (70%)
  • Dolor de cabeza (64,7%)

AstraZeneca. Los síntomas que más notificaron los participantes en los estudios fueron:

  • Dolor en la zona de la inyección (63,7%)
  • Malestar general (54,2%)
  • Dolor de cabeza (52,6%)

Janssen. En los ensayos clínicos, los pacientes que tuvieron síntomas los manifestaron uno o dos días después de la vacuna, rara vez después de los siete días posteriores. Fueron más comunes en la franja de 18 a 59 años que entre los mayores de 60 y, en la mayoría de afectados, tuvieron carácter leve o moderado. Los más habituales fueron:

  • Dolor en la zona de la inyección (48,6%)
  • Dolor de cabeza (38,9%)
  • Cansancio (38,2%)

Estos dos últimos preparados tienen en común la utilización en su producción de un vector constituido por adenovirus. Han aparecido de forma muy excepcional trombosis de senos cerebrales, cuyo cuadro clínico es mucho más frecuente en mujeres de unos 30 años. Este tipo de trombosis detectada tras la vacuna se caracteriza no solo por coágulos sino también por un descenso brusco de plaquetas (trombocitopenia). Ya se había observado en el pasado en algunos pacientes tratados con heparina este tipo de trombosis tan infrecuente. Hay al menos otras dos vacunas que también usan adenovirus, la rusa Sputnik y la china Cansino. Por el momento no hay avisos de que causen trombosis, pero también son países sin transparencia sobre los datos de vacunación.  

¿De qué depende que se produzcan estos efectos secundarios, si las vacunas han pasado por muchos procesos de comprobación?

Para demostrar su seguridad y eficacia, cada nueva vacuna se somete a una “hoja de ruta  científica” que implica multitud de pasos. Inicialmente se realizan  experimentos en cultivos de células animales, valorando las moléculas para funcionar en humanos. Si los resultados son los idóneos, el producto se prueba en humanos, en tres fases: se inicia con un número limitado de voluntarios en la fase uno y, a medida que avanza el conocimiento, evolucionamos a decenas de miles de participantes en la fase tres para valorar dosificación y administración.

Las vacunas contra la Covid-19 han atravesado (y siguen atravesando) este complejo proceso. Pero para asegurar la seguridad de las vacunas se trabaja con  protocolos denominados “observaciones paralelas”, aprovechándose para hacer estudios “paralelos”, que nos llevarán a resultados secundarios. La última fase se llama efectividad y es la administración a poblaciones muy grandes.

Vacunas contra la Covid-19 en niños, ¿son recomendables?

Las farmacéuticas BioNTech y Pfizer han solicitado a la Agencia Europea de Medicamentos (EMA) y a la Agencia de Alimentos y Fármacos de EE.UU. (FDA) que autoricen su vacuna contra la Covid en adolescentes de 12 a 15 años después de comprobar que tiene una alta eficacia y seguridad en este grupo de edad. Su utilización garantizará una asistencia más segura a los institutos, con presencia de todos los alumnos y, probablemente, sin necesidad de medidas que condicionen el desarrollo normal de las clases. Además de contribuir a una escuela más segura, la vacunación de niños y adolescentes contra la Covid-19 no solo les protegería a ellos, sino también a sus abuelos y a otras personas vulnerables de su entorno.

Por todo esto se han iniciado a nivel mundial ensayos para su utilización en lactantes mayores de seis meses. En definitiva, todo esto puede suponer que el próximo año escolar llegue con un nuevo impulso para reanudar las clases presenciales de forma “normal” y que, en un plazo medio, con la vacuna para todas las edades pediátricas,  el entorno familiar sea mas seguro y los niños estén más protegidos.

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