Vapor de agua para tratar la próstata
El crecimiento de la próstata es un trastorno muy frecuente que afecta hasta al 50% de los hombres de 45 a 60 años y afecta a más de un 80% de los hombres mayores de 80 años.
No se trata de un problema que ponga en riesgo la vida de los pacientes, pero sí que incide de forma significativa en su calidad de vida, dado que el agrandamiento de la glándula prostática ocasiona que la uretra se comprima, reduciendo e incluso llegando a bloquear el flujo de la orina. Existe la posibilidad de un tratamiento farmacológico, pero este tiene algunos efectos secundarios no deseados, como la eyaculación retrógrada, además de que su eficacia disminuye a lo largo del tiempo.
Hasta hace poco, la alternativa era un tratamiento con técnicas clásicas como la cirugía abierta o la resección transuretral (RTU) de la próstata, en las cuales pueden existir complicaciones como la incontinencia urinaria, un sangrado que requiera transfusión o la disfunción eréctil y la eyaculación retrógrada. Técnicas más recientes y menos invasivas, como el láser, evitan muchas de esas complicaciones. Sin embargo, también pueden afectar a la eyaculación. No obstante, en los últimos años se ha avanzado en el desarrollo de nuevas técnicas que evitan este problema y, en ese sentido, el Dr. Rijo ha sido recientemente pionero en España en la incorporación de un novedoso procedimiento mínimamente invasivo que usa vapor de agua para corregir este problema.
La técnica, conocida como rezum, consiste en la inyección de vapor de agua en la próstata, lo que provoca la necrosis del tejido (muerte celular), el cual es después eliminado por el propio cuerpo, solventando los problemas ocasionados por el crecimiento de la próstata en el paciente.
En Estados Unidos se emplea esta tecnología desde el año 2015, pero en España no se utilizó por primera vez hasta enero de 2019, cuando la aplicó por primera vez el Dr. Rijo en Barcelona, quién es, actualmente, el cirujano que cuenta con mayor experiencia en esta técnica en nuestro país.
Entre las ventajas de este nuevo procedimiento está que consigue preservar la eyaculación anterógrada en hasta un 96% de los casos, y su rapidez, puesto que tan solo son necesarios entre tres y siete minutos para realizarse. Es una técnica que, sin embargo, también tiene sus limitaciones. Solo puede aplicarse en pacientes con próstatas que no superen los 80-90 gramos.
Técnica mínimamente invasiva
Una vez que el procedimiento se lleva a cabo, el paciente puede regresar a su casa a las pocas horas y lo único que necesita es llevar una sonda durante los próximos 3-6 días, lo cual no supone un inconveniente mayor.
Los últimos estudios de la técnica rezum publicados recientemente han comunicado una tasa de retratamiento de solo el 4,4% de los casos durante los 5 años de seguimiento. Al tratarse de una intervención mínimamente invasiva, se reducen también los riesgos asociados y los efectos secundarios. Molestias al orinar, escozor o una pequeña presencia de sangre en la orina son los efectos secundarios más habituales. En todo caso, se trata de efectos temporales y transitorios. A partir de las dos semanas el paciente empezará a notar que mejora en su sintomatología, aunque no será hasta los 3 meses cuando se consigan los beneficios definitivos.
Con este procedimiento, además, se preserva la próstata y todas sus funciones, al ser mucho menos radical que otras técnicas. En ningún caso produce impotencia sexual ni tampoco incontinencia urinaria. Podemos concluir que el rezum es una técnica mínimamente invasiva, rápida, segura, con pocos efectos secundarios, que no requiere ingreso hospitalario y que, en muchos casos, puede sustituir a la cirugía clásica o al tratamiento farmacológico.