Tratamientos para el síndrome de espalda fallida: alternativas a la cirugía
Escrito por:El síndrome de espalda fallida, también conocido como síndrome postlaminectomía (PLS), se refiere a la aparición de dolor persistente y recurrente en la zona lumbar o las extremidades inferiores después de una o más cirugías de columna. Aproximadamente el 20-40% de los pacientes operados de espalda experimentan dolor crónico en la parte baja de la espalda después de la cirugía.
Es importante que los pacientes que consideren una cirugía de espalda comprendan que la tasa de éxito de este tipo de procedimiento es del 75%, o lo que es lo mismo, en 1 de cada 4 ocasiones el resultado de la cirugía no será el esperado.
En algunos casos, el problema que causó la necesidad de la cirugía puede reaparecer o empeorar, y los objetivos del paciente pueden no coincidir con la capacidad del médico para lograrlos. Hasta un 10-20% de los pacientes requieren cirugía adicional debido a problemas no resueltos o agravados por una cirugía de columna.
¿Cómo se trata el síndrome de espalda fallida?
Para evitar el síndrome de espalda fallida, es recomendable agotar todas las opciones no quirúrgicas antes de considerar una cirugía. En muchos casos, aproximadamente el 70% de los pacientes pueden mejorar sin necesidad de intervención quirúrgica. Existen tratamientos no invasivos que pueden tratar eficazmente la hernia discal y otras afecciones de espalda sin necesidad de cirugía, previniendo así que aparezcan complicaciones.
El tratamiento del síndrome de espalda fallida puede ser un desafío, y no existe una solución única que funcione para todos los pacientes. Se requiere un enfoque multidisciplinario que involucre a diversos profesionales de la salud, como psicólogos, rehabilitadores, fisioterapeutas y especialistas de Unidades del Dolor.
Existen diversos tratamientos disponibles en algunas Unidades del Dolor que pueden ayudar a tratar el síndrome de espalda fallida, y cada paciente debe ser evaluado individualmente para determinar la mejor opción de tratamiento. Entre los tratamientos se encuentran la medicación oral, la estimulación de los cordones posteriores de la médula espinal, los fármacos intratecales, la radiofrecuencia y la ozonoterapia. Cada uno de estos tratamientos tiene sus ventajas y consideraciones, y su efectividad puede variar según el paciente.
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