Trastornos de la personalidad
Normalmente cuando oímos la palabra “trastorno”, referente a nuestra forma especial de ser, de nuestra personalidad o conducta, pensamos que “no va con nosotros”, ya que “no somos una persona trastornada”. Sin embargo, la forma clínica de definición no es más que un protocolo estandarizado.
¿Cómo podemos saber cuándo necesitamos ayuda?
Hay varias maneras de saber que nuestro comportamiento está cambiando. A continuación, destacamos algunas:
- Utilizamos patrones de comportamiento que se apartan acusadamente de las expectativas de nuestro medio y se manifiesta mediante el pensamiento, siendo éste una forma de percibir e interpretarse a sí mismo y a los demás
- Nuestras respuestas emocionales, en cuanto a intensidad, labilidad y adecuación a la respuesta emocional, es destacadamente desproporcionada.
- Nuestra actividad interpersonal y nuestro control de los impulsos son destacadamente fuera de los patrones esperados en nuestro medio, entonces ello nos indicaría que algo en nuestro comportamiento no está fluyendo de una forma adecuada.
Los trastornos específicos de la personalidad pueden oscilar en extremos opuestos, desde introversión extrema y autoestima muy alterada, hasta el descontrol de los impulsos en la personalidad límite y antisocial.
Las personalidades evitativas y dependientes, así como las personalidades rumiativas u obsesivas, normalmente acuden a consulta pensando más en temas fóbicos que en la posibilidad de un posible trastorno de la personalidad.
En muchas ocasiones, si las problemáticas no se abordan en profundidad y solo en algunos de los síntomas pueden ser recidivantes, no se resuelve la problemática de base de la propia estructura de patrones establecidos.