Todo lo que debes saber sobre los eczemas
Escrito por:
Dermatólogo
Publicado el: 03/05/2018
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Los términos eczema y dermatitis son sinónimos que se refieren a una respuesta inflamatoria de la piel con cambios patológicos en epidermis y dermis, con una sintomatología y unos hallazgos microscópicos característicos. El Dr. Gimeno Carpio, Dermatólogo en Valencia, habla de estas alteraciones cutáneas y de su tratamiento.
Qué es un eczema
Las alteraciones que se producen en la piel varían en función de la intensidad y del tiempo de evolución del eczema. En sus formas agudas puede observarse enrojecimiento (eritema), hinchazón (edema), sobreelevaciones pequeñas de contenido líquido (vesículas), exudación y costras y, ocasionalmente, picor o prurito. En las formas crónicas lo que vemos es eritema, engrosamiento de la piel, descamación y picor.
Los eczemas tienen diversas causas y pueden ser de dos tipos: endógenos y exógenosCausas y tipos de eczemas
Los eczemas tienen causas varias y se distinguen dos tipos de estos en función de las mismas:
Los eczemas endógenos son los de origen interno, entre los que podemos distinguir tres tipos: seborréico, dishidrótico y atópico. Los eczemas exógenos son los que se producen por el contacto externo de alguna sustancia, por lo que reciben el nombre de eczemas de contacto. Entre estos podemos encontrar dos tipos de eczemas: irritativo y alérgico.
El eczema seborréico se caracteriza por la aparición de manchas rojizas cubiertas por escamas de aspecto grasiento en áreas ricas en glándulas sebáceas (centrofacial, cejas, borde implantación del pelo, centrotorácica, retroauricular) y que no suelen producir picor.
El eczema dishidrótico supone una dermatitis localizada en caras laterales de los dedos de las manos, palmas y plantas, cuya lesión elemental es la vesícula y que se suele acompañar de picor intenso.
El eczema atópico es un proceso inflamatorio de la piel, intensamente pruriginoso, que cursa a brotes y se da en pacientes con historia personal o familiar de atopia: eczemas, asma, conjuntivitis o rinitis. Este eczema comienza a edad temprana, seis de cada diez pacientes lo manifiestan en su primer año y ocho de cada diez en los cinco primeros años. Este tipo de eczema suele resolverse de forma espontánea con la edad. Estas lesiones empiezan como pequeñas sobreelevaciones rojizas de la piel con o sin líquido, que al rascarse se erosionan y se cubren de costras con predilección por la parte anterior de codos y rodillas.
En el eczema de contacto irritativo las sustancias irritantes penetran en la piel y alteran las células epidérmicas, dependiendo el efecto de la concentración del irritante, algo que va a variar entre los pacientes. Como no está mediado por mecanismos inmunológicos, las lesiones pueden aparecer inmediatamente tras el primer contacto con la sustancia responsable. Mientras que en el eczema de contacto alérgico, por estar mediado por mecanismos de alergia retardados, las lesiones aparecen 48-72 horas tras el contacto con la sustancia causante y nunca tras el primer contacto. En estos es necesario que el organismo se haya sensibilizado previamente a la sustancia desencadenante.
Los eczemas de contacto son más fáciles de prevenir que los eczemas endógenos, basta con evitar el contacto con la sustancia que lo causa una vez ha sido identificada.
Tratamiento para los eczemas
En cuanto al tratamiento de estas alteraciones cutáneas, va a depender de la intensidad y de la extensión del eczema. En función de ello el tratamiento podrá ser tópico, sistémico o una combinación de ambos. Son de utilidad los corticoides, tanto aplicados en las lesiones de eczema como administrados por vía oral, solos o combinados con antibióticos en caso de sobreinfección. En los casos que se acompañan de picor, los antihistamínicos se suministran por vía oral. También son eficaces los inmunomoduladores, como pimecrólimus y tacrólimus, por vía tópica.
Como medidas generales, se recomienda utilizar jabones suaves y, cuando el eczema se acompañe de sequedad cutánea, aplicar cremas hidratantes. También es importante evitar climas secos y fríos, así como el contacto con sustancias irritantes, como lana o acrílico y, en caso de eczema de manos, es muy útil la protección con guantes de algodón y encima guantes de goma.