¿Tienes piedras en las glándulas salivales?

Editado por Marga Marquès Gener el 30/11/2024

Ese suele ser el primer comentario que hacen muchos pacientes tras saber que sufren una sialolitiasis o una sialoadenitis obstructiva. La presencia de cálculos (piedras) se asocia con frecuencia al riñón y a la vesícula biliar, pero para muchos pacientes es una sorpresa descubrir que sus problemas de dolor se asocian con los cálculos salivales, también llamados sialolitos.

 

De hecho, la sialolitiasis es la más frecuente de las enfermedades de las glándulas salivales. Se calcula que entre el 1-y el 2% de la población puede sufrirla en algún momento de su vida. Aunque puede afectar a cualquiera de las glándulas salivales, la mayor parte de casos se da en la glándula submaxilar (90%). Ello se debe a las características anatómicas del conducto excretor (conducto de Wharton) y a las características físico-químicas de la saliva allí producida.

 

El depósito de material mineralizado en los conductos o en la interior de la glándula conduce a su obstrucción mecánica. Secundariamente puede aparecer una infección de la glándula. El cuadro clínico que presentan estos pacientes es característico: dolor y aumento de tamaño progresivo de la glándula afectada, que se relaciona con la ingesta. El dolor asociado puede ser de gran intensidad, y el cuadro suele recibir el nombre de cólico salival.  

 

El diagnóstico suele ser sencillo con la historia clínica y la exploración. La mejor prueba de imagen es la tomografía computerizada, aunque también se puede recurrir a radiografías simples o ecografías.

 

La inflamación aguda suele requerir de tratamiento médico con antibióticos y antiinflamatorios. Después, suele ser necesario recurrir a tratamiento quirúrgico para eliminar el cálculo responsable. Si el cálculo es palpable en el suelo de la boca o en la mejilla en la vecindad del orificio del conducto se podrán extirpar de forma sencilla mediante una incisión y disección en la zona del conducto. Aquellos cálculos más profundos o los que se encuentran en el interior de la glándula, pueden requerir la extirpación de la misma.

 

En la actualidad con la sialoendoscopia, una técnica mínimamente invasiva, podemos extirpar cálculos localizados en el interior de los conductos de la submaxilar y de la parótida. También podemos explorar, lavar y dilatar conductos salivares en pacientes que presentan obstrucciones sin presencia de cálculos.

 

El equipo de Cirugía Oral y Maxilofacial del Hospital Quironsalud Barcelona tiene una larga experiencia en el tratamiento de las enfermedades de las glándulas salivales, tanto inflamatorias como tumorales. Su apuesta por las nuevas tecnologías en la medicina privada les permite estar a la vanguardia del tratamiento de esta frecuente patología maxilofacial. Si cree padecer alguno de estos problemas, no dude en consultar con los cirujanos maxilofaciales de nuestro servicio.

 

La sialolitiasis es la enfermedad más frecuente de las glándulas salivales

 

¿En qué consiste la sialoendoscopia?

La sialoendoscopia es una técnica mínimamente invasiva que permite la exploración diagnóstica y en ocasiones el tratamiento de los conductos de dos glándulas salivares mayores: la parótida y la submaxilar. Estas glándulas salivares pueden sufrir inflamaciones por distintos motivos. La razón más habitual son obstrucciones en el interior de la glándula o en sus conductos, sea por cálculos o no.

 

Otras causas de inflamación recurrente son estrecheces en sus conductos, procesos autoinmunes, o tratamientos previos como el radio yodo. Al no poder expulsar la saliva libremente, la saliva producida se acumula dentro de estas glándulas, produciendo inflamación y dolor. Como las glándulas están comunicadas con la boca a través de su orificio de drenaje, la saliva retenida puede sobre infectarse por las bacterias que habitan habitualmente la cavidad oral.

 

La sialoendoscopia permite, bajo anestesia general o en algunos casos bajo sedación y anestesia local, explorar estos conductos a través de unas cánulas y unos endoscopios muy finos. La mayoría de veces permite evidenciar si existen cálculos, y en muchas ocasiones extraerlos a través del conducto mediante instrumentos específicos. Si el cálculo es demasiado grande para salir por el conducto, la sialoendoscopia asiste al cirujano en la extracción. La irrigación abundante con suero fisiológico o el uso de dilatadores permiten también dilatar estos conductos si presentan algún tipo de estrechez.  

 

La vía de acceso a estos conductos es a través de su orificio de drenaje dentro de la boca. En algún caso en el que el orificio de desembocadura sea muy estrecho, es necesario aumentar su tamaño con un pequeño corte o hacer una pequeña incisión dentro de la boca y abrir el conducto. En estos casos, tras el procedimiento se aboca la salida del conducto a otra zona dentro de la boca, y se dan unos puntos que caerán solos entre 1 y 4 semanas, de cara a mantener el conducto abierto y que no se cierre durante la cicatrización.

 

La sialoendoscopia está contraindicada en caso de patología inflamatoria o infecciosa aguda, así como cuando el cálculo está dentro de la glándula. La sialoendoscopia generalmente no requiere de preparación previa específica.

 

En el postoperatorio se le prescribirán antibióticos para prevenir la sobreinfección de la glándula causada por bacterias de la cavidad oral, así como antiinflamatorios para rebajar la inflamación de la glándula. Es importante durante los días posteriores hidratarse de forma adecuada y realizar masajes de la glándula explorada según la técnica que le explicará su cirujano. El paciente podrá reincorporarse a su vida habitual generalmente de forma inmediata, pues como mucho llevará alguna pequeña incisión con muy pocos puntos de sutura.

 

En la mayoría de ocasiones la sialoendoscopia resuelve o mejora la causa de inflamación de la glándula. Sin embargo, en alguna ocasión puede no ser suficiente, y al mantenerse la molestia sea necesario extirpar quirúrgicamente la glándula afecta. Las complicaciones son poco habituales, pero incluyen la imposibilidad de llevar a cabo la exploración porque no se puede progresar por el conducto, la realización de falsas vías en el conducto (perforación del conducto), infección en el postoperatorio, estrechez del conducto tras la sialoendoscopia, reaparición de los síntomas pese a una sialoendoscopia exitosa y alteraciones sensitivas del nervio lingual (que suelen ser temporales).

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