Síndrome de fatiga crónica: ¡fuera tópicos y falsos mitos!

Editado por Nicole Márquez el 10/11/2019

El síndrome de fatiga crónica es una de las enfermedades que acumula diversos falsos mitos y rumores que se han visto intensificados con la llegada de Internet y las redes sociales. A la hora de informarse sobre temas que atañen a la salud, una mala información o malinterpretación de esta puede generar consecuencias muy graves.

 

¿El síndrome de fatiga crónica sólo afecta a mujeres? NO.


Es cierto que este trastorno prevalece en mujeres, pero no que únicamente afecte al sexo femenino. Se dice que por cada hombre diagnosticado hay cuatro mujeres que padecen la enfermedad. Diversas publicaciones coinciden en que esta prevalencia aproximada es de 1 a 4, aunque en España se habla recientemente de una proporción superior que puede ser de 1 a 9.

 

Se trata de una enfermedad orgánica que se clasifica, según la OMS, dentro del grupo de enfermedades neurológicas.

 

¿El síndrome de fatiga crónica siempre se inicia en edades jóvenes? NO.


La mayor parte de diagnósticos positivos que se realizan en pacientes se sitúa entre los pacientes de 20 y 40 años. De todas formas, también se da el caso en edades más precoces o en pacientes geriátricos, en un porcentaje menor. El diagnóstico en edades infantiles y adolescencia está avanzando rápidamente; se están analizando en concreto un  grupo de pacientes con bajo rendimiento escolar, algunos de ellos con un posible diagnóstico erróneo de déficit de atención.

 

Es importante destacar que existe una significativa demora de hasta 5 años entre el inicio de los síntomas y la identificación de la enfermedad.

 

¿Todos los pacientes tienen el mismo grado de fatiga? NO.

 

Existen dos aspectos relevantes a la hora de valorar el grado de fatiga. En primer lugar, el grado de fatiga que presentan los pacientes debe ser como mínimo de un 50% de su actividad habitual. De esta forma, la fatiga expresada por una persona físicamente activa que realiza deporte de forma habitual no será comparable a la de un paciente sedentario. Por ejemplo, una de mis pacientes, nadadora semiprofesional, consultó por qué no conseguía nadar más de 20 piscinas seguidas cuando estaba acostumbrada a hacer 100.

 

En segundo lugar, también es importante intentar clasificar el grado de fatiga según las características de cada paciente. No existen criterios únicos, pero una buena propuesta es clasificarlos en cuatro grados: siendo 1º la limitación moderada para realización de actividades habituales y 4º los pacientes totalmente dependientes para el desarrollo de actividades básicas de la vida diaria.

 

¿El síndrome de fatiga crónica es una enfermedad psiquiátrica? NO.


Se trata de una enfermedad orgánica que se clasifica, según la OMS, dentro del grupo de enfermedades neurológicas (el epígrafe G93.3). A día de hoy debemos aceptar que se desconocen las causas de su aparición. Es cierto que la enfermedad genera cierto grado de reactividad emocional con frustración y síntomas depresivos, pero en los criterios actuales la existencia de una enfermedad psiquiátrica es suficiente para descartar el diagnóstico de síndrome de fatiga crónica.

 

¿El síndrome de fatiga crónica es curable? NO.

 

Todas las series y estudios en relación con el síndrome de fatiga crónica coinciden en definirla como una enfermedad crónica, sin curación, aunque sí puede cambiar el grado de afectación y repercusión que genera. Las diferentes opciones de tratamientos que disponemos actualmente sólo nos permiten un mayor control de síntomas y una mejoría en la calidad de vida de los pacientes.

Medicina interna