¿Qué es un linfedema y qué puedo hacer para mejorarlo?
Un linfedema es una enfermedad que afecta al sistema linfático y que se caracteriza por acumular demasiada cantidad de líquido linfático en una zona concreta del cuerpo, lo que produce un edema o hinchazón en la zona. Esta acumulación de líquido está causada por una reducción del transporte linfático.
Como tal, el linfedema aparece como una hinchazón que suele empezar en los dedos y/o en el dorso del pie o de la mano, y poco a poco, se va extendiendo al resto de la extremidad. El edema (hinchazón) va variando a lo largo del día, empeorando con el paso de las horas y mostrando normalmente un mejor aspecto a primera hora de la mañana.
Conforme avanza, la piel se va fibrosando, es decir, endureciendo, y se marcan llamativamente los pliegues cutáneos, lo que puede desembocar en la aparición de áreas endurecidas (queratosis) y vesículas (ampollas). En los casos más extremos de linfedema, se origina una elefantiasis en la pierna.
Existen dos tipos de linfedema, el primario o idiopático y el linfedema secundario. En el caso del linfedema idiopático, puede ser hereditario (por la enfermedad de Milroy) cuando se origina en edades tempranas o no hereditario si aparece en edades más avanzadas. Por su parte, el linfedema secundario tiene varias causas de origen: un traumatismo, posterapéutico (tras una mastectomía radical), inflamatorios, neoplásicos (linfoma de Hodgkin) o infecciosos, siendo la más habitual la filariasis.
¿Cómo se trata el linfedema?
Es importante mencionar que, en la mayor parte de los casos, el linfedema se trata de un problema crónico, con evolución progresiva, e irreversible. El tratamiento está destinado a reducir el edema, mejorar su evolución y pronóstico y controlar las potenciales complicaciones.
Para conseguir controlar el linfedema y sus complicaciones derivadas, debe utilizarse una media de compresión adecuada diariamente, así como realizar tratamiento físico. El trabajo con un fisioterapeuta es también importante, con el drenaje linfático manual como uno de los tratamientos más eficaces, así como la presoterapia, ultrasonidos o compresión neumática intermitente.
Para prevenir la aparición del linfedema, se recomienda utilizar diariamente un calzado cómodo y flexible, ropa holgada no demasiado ajustada, mantener una correcta higiene personal, evitar ejercicios violentos y con cargas muy pesadas y evitar el sobrepeso y/o obesidad.
Además, debe prestarse atención a las complicaciones habituales: micosis, celulitis, linfangitis y la degeneración tumoral, conocida como Síndrome de Stewart y Treves o linfangiosarcoma.
Si desea más información sobre el linfedema, consulte con un experto en cirugía vascular