¿Qué es la epilepsia farmacorresistente?
Decimos que una epilepsia es farmacorresistente cuando las crisis no están completamente controladas con medicinas.
Desde un punto de vista práctico, se puede hablar de epilepsia farmacorresistente cuando las crisis continúan después de haber tomado correctamente dos fármacos adecuados para el tipo de epilepsia que presenta el paciente.
¿Qué opciones de tratamiento existen actualmente?
Todo paciente con epilepsia farmacorresistente debería ser evaluado en una unidad especializada para que los expertos valoren si el diagnóstico es correcto y si se han empleado los fármacos adecuados.
Si es así, se pueden ofrecer otras alternativas a los medicamentos. Por ejemplo, se puede estudiar si el paciente se puede beneficiar de una cirugía, que consiste en extirpar la zona cerebral que produce las crisis. Para eso hay que localizar adecuadamente esta zona y valorar las posibles secuelas y las posibilidades de éxito.
Otras opciones en pacientes que no puedan operarse son las técnicas de estimulación cerebral como la estimulación del núcleo anterior del tálamo o la estimulación del nervio vago.
Algunos pacientes con epilepsias difíciles, sobre todo las iniciadas en la infancia, pueden beneficiarse de dietas pobres en hidratos de carbono.
¿Qué nuevos fármacos se destinan al tratamiento de la epilepsia resistente?
Periódicamente se comercializan nuevos fármacos para la epilepsia, y todos ellos pueden ayudar a pacientes con epilepsias rebeldes.
Por ejemplo, uno de los últimos fármacos en el mercado, conocido como cenobamato, ofrece muy buenos resultados en cuanto a eficacia. Este medicamento está indicado específicamente en epilepsias farmacorresistentes, y en ensayos clínicos, alrededor de un 25% de los pacientes que lo tomaron a dosis altas consiguieron evitar las crisis.
¿En qué consiste la cirugía poco invasiva para la epilepsia resistente?
La cirugía poco invasiva para la epilepsia se realiza con láser intersticial, que consiste en la introducción de una sonda térmica que lesiona con calor la zona que genera las crisis.
El procedimiento se realiza guiado por resonancia y el paciente puede volver a casa en unas horas. Sin embargo, no todos los pacientes son candidatos a operarse con esta técnica.
Otro procedimiento poco invasivo es la termocoagulación, que aprovecha la implantación de electrodos intracraneales para realizar una lesión por calor muy localizada en las zonas donde se ha comprobado que se inician las crisis.
¿Qué beneficios aporta la neuroestimulación en casos de epilepsia resistente?
La neuroestimulación es en general un procedimiento paliativo. Esta consiste en la estimulación eléctrica a baja frecuencia de circuitos cerebrales involucrados en la generación de las crisis, para disminuir su excitabilidad y reducir el número de crisis.
Hay diferentes métodos de estimulación que deben seleccionarse dependiendo del tipo de epilepsia, del paciente y de la experiencia del equipo.
Algunas de estas técnicas como la estimulación vagal, además de disminuir las crisis, pueden producir mejoría en el humor y en el nivel de alerta del paciente.
¿Cómo han evolucionado los tratamientos en los últimos años y qué expectativa de avances existen para tratar la epilepsia resistente?
Los fármacos que se han comercializado en los últimos años en general se toleran mejor y tienen menos efectos secundarios a largo plazo que los fármacos antiguos. Parece que algunos como el cenobamato podrían tener también una mayor eficacia en epilepsias focales farmacorresistentes.
En el futuro serían necesarios medicamentos capaces de prevenir la aparición de epilepsia en personas con riesgo (por ejemplo, tras un traumatismo grave o un estatus febril), y medicamentos que pudieran modificar la historia natural de la enfermedad e hicieran desaparecer por completo la excitabilidad anormal del cerebro. Ya se está trabajando en estas áreas.