¿Qué es exactamente la dislexia?
La dislexia es un trastorno del neurodesarrollo de base genética. Se trata de una discapacidad del aprendizaje receptivo basado en el lenguaje. Se caracteriza en la dificultad para descifrar, y reconocer palabras con fluidez o para la comprensión de la lectura. Estas dificultades provienen de una deficiencia en el componente fonológico del lenguaje que hace que sea difícil utilizar el código alfabético para descifrar la palabra escrita.
Asociación Catalana de Dislexia: “La Dislexia es una dificultad significativa y persistente en la forma escrita del lenguaje, que es independiente de cualquier causa intelectual, cultural o emocional y que, por tanto, aparece a pesar de tener una inteligencia adecuada, una escolarización convencional y una situación socio-cultural dentro la normalidad.”
Según el DSMV, se incluye en el apartado de los trastornos del neurodesarrollo, más concreto como trastorno específico del aprendizaje.
La Asociación Americana del Habla, Lenguaje y Audición (ASHA) define la dislexia como el problema específico de aprendizaje de la lectura. La nomenclatura de inhabilitación del aprendizaje basada en el lenguaje o simplemente los problemas de aprendizaje indica la relación entre el lenguaje hablado y escrito. Muchos niños con problemas de lectura tienen problemas de lenguaje hablado (ASHA, 1993).
¿Es un trastorno que acompaña "de por vida"?
La Dislexia se puede mejorar con una buena reeducación, es importante que si se tiene sospechas de las dificultades en la lectura de los niños y niñas desde su inicio en el aprendizaje lector, se haga una buena intervención-prevención. Si más adelante ha sido solo un retraso en la lectura, habremos intervenido para que puedan tener éxito en la lectura. Si la reeducación es lenta o los errores persisten, estaremos hablando pues de Dislexia y de un trastorno en la lectura y escritura.
La dislexia no es una enfermedad, y por tanto no se cura. Uno no tiene dislexia, sino que se es disléxico. Estamos hablando de una condición, que perdurará a lo largo del tiempo, pero que una correcta intervención lo más precoz posible, podrá mejorar aquellos aspectos que interfieren.
El ser disléxico es una condición y por lo tanto, perdurará a lo largo de nuestra vida.
¿Cómo puedo identificar si mi hijo puede ser disléxico?
En edades tempranas podemos encontrar niños y niñas que tengan dificultades en el habla, que les cueste identificar de una manera fluida los colores, que cuando aprenden la lectura les cuesta mucho más que en el resto de los compañeros de la clase y en cambio nuestra percepción como padres es, que es listo y que no entendemos porque no aprende como los demás.
Descartado que no hay un problema visual o físico que justifique estas dificultades lectoras, tendremos que consultar al o Psicopedagogo.
Otras cosas en las que tenemos que estar alerta:
- Dificultades importantes en lectura y escritura.
- Baja o poca capacidad lectora.
- Recuerda hechos vividos, pero le cuesta memorizar cosas de la escuela.
- Dificultad para acceder al vocabulario.
- Dificultad en la automatización de los días de la semana, meses, horas, tablas de multiplicar, abecedario...
- Dificultad en mantener la atención o seguir más de una orden.
Es muy importante intervenir lo antes posible.
¿Cómo ayudarle a entender que sufre dislexia y que no sienta sentimientos de frustración, nerviosismo e inseguridad?
El papel de las familias es clave cuando se diagnostica dislexia. El apoyo emocional y social es importante, ya que el niño/a debe saber que los padres entienden y comprenden sus dificultades de aprendizaje.
Como padres tendremos que explicar que le pasa, y si no sabemos cómo, habrá que preguntar al profesional que nos ha dado el diagnóstico, cómo hacerlo. Los niños y niñas necesitan saber que no son "tontos", y que lo que le pasa tiene un nombre concreto.
Tendremos que transmitir que su capacidad intelectual es adecuada, que seguramente tendrá que esforzarse mucho más que el resto de sus compañeros de clase para conseguir el mismo objetivo. Pero que puede conseguir lo que se proponga, y que en la escuela también le ayudarán, al igual que el Psicopedagogo y / o Logopeda.
Hay que valorarlo por su manera de ser, por lo que sí que le sale bien, y cuando tenga bajadas emocionales o sensación de fracaso, explicarle que todos somos diferentes. Y que todos tenemos nuestras habilidades. Esto no significa caer en la sobreprotección.