Psiquiatría y psicoterapia
La Doctora Matilde Hernández es psiquiatra y psicoterapeuta formada en la Clínica Tavistock de Londres donde se especializó en trabajo con adolescentes y con grupos. Es responsable de los Programas Formativos sobre Detección y Prevención de la Depresión y Suicidio de la Universidad Autónoma de Madrid. Tiene más de 30 años de experiencia profesional con adultos y adolescentes.
¿A quién van dirigidos los Programas sobre depresión y suicidio?
En 2009, iban dirigidos a médicos de atención primaria de la Comunidad de Madrid y, en 2010, a profesionales que trabajan con pacientes geriátricos.
Fueron subvencionados por el Ministerio de Sanidad y Consumo como actividad para el desarrollo de la Estrategia en Salud Mental. Desde entonces, se han seguido impartiendo en residencias geriátricas del Servicio Regional de Bienestar Social de la Comunidad de Madrid.
Queda mucho por hacer. Cada 40 segundos muere alguien por suicidio en el mundo y el Consejo de Europa ha expresado su inquietud por el aumento de las tasas en jóvenes. Es preciso adaptar los contenidos de los programas a las necesidades de los profesionales y de las personas que atienden, involucrando a todo el equipo, porque intervienen numerosos factores.
La Organización Mundial de la Salud alerta desde hace años de que en 2020 la depresión pasará de ser la quinta causa de carga por enfermedad en el mundo a ocupar el segundo lugar, y probablemente el primero en 2030, debido en parte al envejecimiento de la población y a que no siempre se diagnostica y se trata adecuadamente.
Usted se ha formado en centros de prestigio mundial como la Universidad de Cambridge y la Clínica Tavistock. ¿Dónde se ha especializado?
Son referencias fundamentales y sigo muy vinculada a la Tavistock. Fui a especializarme en psicoterapia y trabajo con adolescentes para psiquiatras y tuve la fortuna de tener al director de la clínica como tutor personal; él me introdujo en el trabajo con grupos y con instituciones, sobre todo educativas y sanitarias.
La relación entre psiquiatría y psicoterapia está muy presente en el trabajo clínico diario y también en los cursos. La relación terapéutica es fundamental para que el paciente pueda hablar de sus emociones y se sienta escuchado y comprendido en profundidad. También hay que informar sobre los tratamientos farmacológicos y psicoterapéuticos en función de las necesidades individuales, teniendo en cuenta el entorno de la persona.
Soy miembro honorario de Il Nodo Group de Turín y trabajo con ellos desde hace ya muchos años en formación en relaciones grupales según el modelo Tavistock, también en otros países. Todos pasamos una buena parte de nuestra vida en grupos y en organizaciones, empezando por el grupo familiar, trabajando y relacionándonos con otros. La experiencia puede ser muy gratificante pero también muy frustrante y dolorosa; puede favorecer o frustrar la creatividad, promover la colaboración o generar conflictos.
¿También trabaja con adolescentes y jóvenes?
Sí. La función del proceso adolescente consiste en llegar a establecer una identidad adulta madura e independiente y no resulta fácil para los adolescentes, que deben enfrentarse a muchos obstáculos, y a veces tampoco para los padres. Hay también factores culturales relacionados con los cambios sociales, económicos y tecnológicos que afectan a su modo de relacionarse con ellos mismos y con los demás.
Todos los tratamientos empleados tanto con adultos como con niños pueden ser necesarios en adolescentes. Dada la gran influencia que ejercen los grupos en esa edad, la terapia grupal puede ser en muchos casos la más indicada, y la que más les ayuda a crecer. Como con adultos, cada vez se trabaja más con grupos.