Problemas de la vida diaria: un modo de hacerles frente
La vida cotidiana cursa con problemas que cotidianamente podemos ir solucionando. Así, nos enfrenta a conflictos interpersonales, a frustraciones, a situaciones que exceden nuestra capacidad de autocontrol, a pérdidas afectivas de diferentes tipos e importancia...
Habitualmente son vivencias que, aunque a veces inéditas, podemos resolver con cierta habilidad y sólo nos dejan la marca de la experiencia que nos va haciendo también más diestros en el manejo de otras dificultades.
Pero no siempre nos sentimos con la misma fortaleza o seguridad para hacerles frente, sino que a veces nos sorprenden en circunstancias vitales que nos han debilitado para poder soportar el sufrimiento que conllevan.
Hay personas que por su soledad o por su carácter viven en silencio sus malestares, este modo de vivirlos les produce un sufrimiento sobre añadido que les afecta mucho personalmente y directa o indirectamente pueden proyectarlo en los demás ocasionando circunstancias que les distancian de las personas en las que han proyectado su insatisfacción o su malestar.
A veces hacer tan íntimo y personal un problema y su sufrimiento nos puede conducir a magnificarlo e incrementar sentimientos de impotencia para hacerles frente.
Compartir con alguien de nuestra confianza la preocupación, el dolor que en ocasiones nos presenta la vida representa un alivio, pero si eso no es posible hacerlo, la intervención de un profesional, psicólogo/a clínico, ayuda a poner palabras al dolor, hacerlo más asequible a su comprensión y minimizar su impacto en nuestra psique, reduciendo o evitando la posibilidad de que derive en síntomas depresivos o ansiosos.
Si desea más información, consulte con un especialista en Psicología.