Osteoporosis: la importancia del calcio y la vitamina D
La osteoporosis es una enfermedad crónica común que se caracteriza por una disminución de la masa ósea y una alteración de la estructura del hueso, dando lugar al aumento de fracturas ante mínimos golpes, e incluso sin ellos. Son las fracturas por fragilidad ósea u osteoporóticas.
El hueso es un tejido vivo que está en constante cambio por medio de la acción de múltiples células. Algunas de estas células destruyen el hueso, conocidas como osteoclastos, y, acto seguido, otras lo forman, llamadas osteoblastos. De esta manera, se consigue reemplazar el hueso viejo por hueso sano. La osteoporosis se produce cuando la destrucción del hueso supera su formación.
La importancia del calcio
El calcio es uno de los elementos necesarios para la formación de hueso. Si no tenemos suficiente cantidad de calcio y vitamina D, o si el cuerpo no lo absorbe lo suficiente, puede volverse frágil y tener mayor predisposición a romperse.
Las fracturas osteoporóticas pueden tener serias repercusiones e incluso una elevada mortalidad. Ocurren en cualquier parte del esqueleto, aunque existen unas localizaciones más frecuentes, como son la muñeca, las vértebras, la cadera, la pelvis, el húmero, la clavícula y las costillas.
Aumenta la incidencia de la osteoporosis
La masa ósea es la medición del contenido del hueso en ciertos minerales, principalmente calcio y fósforo. Esta disminuye progresivamente en mujeres después de la menopausia, lo que provoca que una de cada 3 mujeres mayores de 50 años sufra una fractura osteoporótica, en comparación con uno de cada cinco hombres. Este riesgo de sufrir fracturas osteoporóticas también aumenta con la edad.
Desgraciadamente, a pesar de la importancia que tienen estas fracturas, solo un pequeño número de pacientes son examinados en busca de osteoporosis e inician un tratamiento adecuado para prevenirlas.
El número de personas afectadas por la osteoporosis va en aumento, debido principalmente al aumento de la edad de la población. Un estudio de la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha calculado que el 30% de mujeres blancas sufrirán osteoporosis a los 75 años, basándose en la densidad ósea del cuello del fémur en las densitometrías.
Morbilidad y mortalidad de las fracturas por fragilidad ósea
La mayoría de las fracturas por fragilidad ósea se asocian a un mayor riesgo de mortalidad. Este aumento del riesgo se mantiene a lo largo de 5 años para la mayoría de las fracturas por fragilidad y en el caso de las fracturas de cadera lo hace por más de 10 años. Con el paso del tiempo, este riesgo disminuye progresivamente, pero siempre será superior al de población que no ha sufrido estas fracturas.
La morbilidad es un dato estadístico definido como la cantidad de personas afectadas por una fractura por fragilidad en un espacio y tiempo determinado. Es necesario tener en cuenta que la morbilidad asociada a estas fracturas es importante, ya que es una de las causas del dolor crónico, de la discapacidad y de un significativo deterioro en la calidad de vida de los pacientes.
Por otro lado, es frecuente que estas fracturas se asocien a alteraciones respiratorias y a limitaciones de la movilidad en las extremidades. Además, el haber padecido una fractura por fragilidad es un factor de riesgo de padecer nuevas fracturas y, cuanto mayor sea el número de fracturas por fragilidad, mayor será el riesgo de tener otras fracturas.
Síntomas de la osteoporosis
Los síntomas más comunes de esta patología son:
- Dolor: tradicionalmente se ha dicho que la osteoporosis provoca dolor cuando aparecen las fracturas. Se acepta cierto grado de dolor debido a pequeñas fracturas que no son apreciables en las radiografías y que aparecen en algunas localizaciones, como son las vértebras, produciendo dolor de espalda crónico. La presencia de fracturas antiguas que alteran el normal funcionamiento de las articulaciones también producirá artrosis, que es causa de dolor.
- Aparición de fracturas: se producen cada vez más ante golpes menores o incluso sin ellos. Como se dijo anteriormente, aparecen con mayor frecuencia en la muñeca, vértebras, cadera, húmero, pelvis y costillas.
- Deformidad del cuerpo: las personas con osteoporosis pierden altura (hasta 15 cm) y, a medida en que aparecen los aplastamientos vertebrales, van notando un encorvamiento de su espalda. Es la llamada cifosis. En ocasiones es tan llamativa que altera la capacidad del tórax y la respiración.
Los factores de riesgo de la osteoporosis
Según las recomendaciones de la Fundación Nacional de Osteoporosis de los Estados Unidos, todas las mujeres y los hombres de 50 años de edad o mayores, deben ser evaluados clínicamente para determinar la presencia de los llamados factores de riesgo y así determinar la necesidad de una densitometría ósea. Aquellos que tengan un mayor número de factores de riesgo, tendrán mayor riesgo de fractura por fragilidad.
Los factores de riesgo pueden ser divididos en 9 grupos:
1. Relacionados con el estilo de vida: escasa administración de calcio y vitamina D, consumo elevado de cafeína, sal y alcohol o estar en tratamiento con antiácidos (protectores gástricos) que contengan aluminio. Además, influyen la falta de actividad física, la inmovilidad, el tabaquismo, la propensión a tener caídas y la delgadez.
2. Factores genéticos: enfermedades genéticas como la fibrosis quística, hemocromatosis, homocistinuria, osteogénesis imperfecta, glucogenosis, síndrome de Marfan y de Ehler-Danlos y porfirias.
3. Situaciones de hipogonadismo, que es el trastorno de la función de los órganos sexuales o de sus mecanismos de regulación. Algunos casos pueden ser el fracaso ovárico, la amenorrea y la anorexia nerviosa.
4. Enfermedades endocrinológicas: Diabetes mellitus, hiperparatiroidismo, enfermedad de Cushing, insuficiencia adrenal y tirotoxicosis.
5. Alteraciones del aparato digestivo: intervenciones de reducción de peso, malabsorción y enfermedades del páncreas, entre otras.
6. Enfermedades de la sangre: Mieloma, leucemias y linfomas, hemofilia, etc.
7. Enfermedades reumáticas: artritis reumatoide, lupus, etc.
8. Otras enfermedades: alcoholismo, enfisema pulmonar, enfermedades musculares, epilepsia, insuficiencia renal, insuficiencia cardíaca, depresión, escoliosis, esclerosis múltiple, etc.
9. Medicamentos: glucocorticoides, heparina, antiepilépticos, quimioterapia para el cáncer, inhibidores de la aromatasa para el cáncer de mama, etc.
Por otro lado, es necesario calcular el riesgo de sufrir caídas, por medio de otra serie de factores de riesgo:
1. Medioambientales: existencia de baños con ayudas técnicas, alfombras sueltas, iluminación pobre, presencia de obstáculos y zonas resbaladizas.
2. Enfermedades: ansiedad, agitación, arritmias cardíacas, depresión, discapacidad, malnutrición, sedación por medicamentos, trastornos de la vista y oído, falta de vitamina D, etc.
3. Causas musculares: cifosis de la columna vertebral, pobre balance muscular, debilidad muscular, etc.
¿Cómo es el diagnóstico de la osteoporosis?
El diagnóstico de osteoporosis viene dado por los datos de una densitometría ósea, que mide la densidad mineral del hueso. Se mide en diferentes sitios del cuerpo, como la cadera, la columna vertebral y en ocasiones en la muñeca.
Una densitometría ósea debe hacerse en las siguientes situaciones:
- Mujeres de 65 años o mayores y hombres de 70 años o mayores, aunque no tengan factores de riesgo
- Mujeres postmenopáusicas y hombres entre los 50 y 69 años de edad, con algún factor de riesgo
- Mujeres durante la menopausia con riesgo de tener fracturas (bajo peso, presencia de fractura previa ante mínimo traumatismo, disminución de los valores de la densitometría a pesar del tratamiento)
- Adultos de 50 años o mayores con fractura
- Adultos diagnosticados de artritis reumatoide o que estén en tratamiento con glucocorticoides
- Pacientes que estén diagnosticados de osteoporosis para evaluar la evolución
- Mujeres postmenopáusicas al finalizar o suspender el tratamiento con estrógenos
Además, se puede realizar una radiografía de la columna vertebral, que servirá para determinar la presencia de fracturas, y análisis de sangre y orina, para evaluar si existen otras enfermedades.
Recomendaciones para los pacientes con osteoporosis
Es fundamental mantener una dieta equilibrada, que permita un consumo adecuado de calcio y vitamina D. Se recomienda una cantidad diaria de calcio en la dieta de al menos 1.200 mg, incluyendo los suplementos. Su consumo durante la juventud asegura el llamado “pico de masa ósea”, es decir la cantidad máxima de calcio que se logra alcanzar, manteniendo la salud de los huesos.
Por su parte, la vitamina D juega un papel primordial en la absorción de calcio de la dieta y el adecuado desarrollo de los huesos, así como en una buena actividad muscular, disminuyendo el riesgo de sufrir caídas. Se recomienda tomar entre 800 a 1.000 Unidades Internacionales al día, para todos los adultos de 50 años o mayores y así mantener unos niveles en sangre adecuados para realizar sus funciones (30 ng/mL o mayores).
Por otro lado, es esencial la realización de actividad física, ya que mejora el balance y la resistencia muscular, evitando así las caídas. Algunos ejercicios son altamente recomendables en pacientes osteoporóticos, como es el Tai-Chi.
En tercer lugar, es de extremada importancia en pacientes con huesos frágiles disminuir el riesgo de sufrir caídas. Por esta razón, se debe prestar atención a la presencia de baños que no tengan instrumentos de ayuda, alfombras sueltas, iluminación pobre, obstáculos y zonas resbaladizas.
Por último, no se debe fumar ni hacer un consumo excesivo de alcohol, ya que ambos aspectos debilitan los huesos, haciéndolos más predispuestos a las caídas.
Tratamiento farmacológico de la osteoporosis
Deben recibir tratamiento todos los hombres y las mujeres de 50 años o mayores con:
1. Fractura de cadera o vertebral
2. Valores de una densitometría que corresponden a osteoporosis
3. Valores de una densitometría que corresponden a osteopenia (fase anterior a la osteoporosis)
Existen muchos medicamentos de utilidad en el tratamiento de esta enfermedad, que deben ser seleccionados por un especialista en Traumatología, ya que no todos los tratamientos para la osteoporosis son válidos para todos los pacientes.
Estos medicamentos pueden ser pastillas o inyecciones. Ninguno está exento de efectos secundarios no deseables, por lo que debe consultar con su médico ante cualquier síntoma diferente que aparezca bajo el efecto de estos fármacos y antes de dejar de tomar cualquier medicamento.