Mielopatía cervical ¿Qué es y cómo se manifiesta?
La mielopatía cervical es la compresión artrósica de la médula cervical básicamente por desgaste. Generalmente se asocia a estrechez cervical previa o a otros factores por lo que en su conjunto es multifactorial, pero básicamente es artrósica.
El síntoma principal es el dolor cervical y se acompaña de una serie de manifestaciones muy frecuentes en personas mayores como son la inestabilidad de la marcha, la dificultad en las manualidades, la pérdida de fuerza, los trastornos de esfínteres y en las fases más tar-días la alteración de la sensibilidad.
¿Cómo se diagnostica?
Básicamente la mielopatía cervical se diagnostica por la exploración física del paciente. En la visita al neurocirujano éste le explorará y determinará una serie de síntomas que son inequívocos de compresión de la médula. A partir de este momento hay que cursar las exploraciones complementarias y las propias de este proceso son básica-mente las potenciales evocados en la electromiografía, son las radiografías funcionales cervicales, radiografías en movimiento, y básicamente la resonancia magnética en que veremos una imagen de una mancha en la médula espinal que corresponde al lugar de compresión.
¿Cuál es el tratamiento actual?
Actualmente se apuesta por el tratamiento quirúrgico. Está demostrado en estudios multicéntricos que el tratamiento conservador no consigue detener la enfermedad y que más del 50% de los pacientes acabarán con una alta invalidez. El tratamiento quirúrgico clásicamente, considerando que la compresión viene por delante de la médula, consiste en un abordaje anterior, lo que se llama una artrodesis cervical anterior.
Aunque recientemente han aparecido trabajos en que se puede utilizar prótesis cervicales, lo que se llama la artroplastia, todo esto está en estudio.
Cuando la mielopatía es muy extensa, aborda más de 3 niveles, el número de complicaciones asociados a un abordaje anterior es elevado por lo cual se puede plantear abordar posteriormente la columna.
Recientemente los avances en navegación y sobretodo la monitorización intraoperatoria de los pacientes nos permite colocar tornillos con alta precisión en los pedículos cervicales, cosa que da una gran rigidez al sistema y la imposibilidad de que la cirugía pueda estropearse posteriormente con el paso del tiempo. Por lo tanto el trata-miento es eminentemente quirúrgico.
¿Qué resultados ofrece?
Como hemos comentado la evolución normal de la enfermedad es en un 50% de los casos a la gran invalidez, en forma de tetraparesia o tetraplegia. Hoy en día las técnicas de monitorización intraoperatorias sobretodo y la navegación permiten realizar esta cirugía de forma segura, tanto por vía anterior como por vía posterior, y se obtienen unos resultados mucho mejores de los que habían y en un 50% de los casos estabilizamos al paciente de forma que la enfermedad ya no progresa.
Además en un 30% conseguimos una recuperación motora aceptable y significativa con un cambio en la calidad de vida del paciente, y solo en un 20% el paciente continúa empeorando manifestando la progresión en si de su artrosis cervical. Por lo tanto el tratamiento quirúrgico es el tratamiento más recomendable en estos casos.