Las consecuencias de un accidente ocular con perdigones
El doctor Luque Aranda presenta el caso de un varón de 29 años tras padecer un traumatismo accidental en el ojo derecho a causa de un perdigón. Tras realizar diversas pruebas como por ejemplo, una Tomografía Computerizada (TC) no se descartó que dicho perdigón estuviera ocupando el espesor escleral, por esto se retiró el objeto a través de quirófano, donde se confirmó la localización subconjuntival.
Tras un estudio oftalmoscópico, el paciente mostró una hemorragia ocular, un edema retiniano y una rotura coriorretinitis esclopetaria.
El paciente evolucionó favorablemente después de la intervención. Mientras el seguimiento continuaba, este desarrolló un desgarro que fue fotocoagulado sin presentar problemas más graves.
¿Qué es la coriorrenitis esclopetaria?
Se trata de una lesión que aparece en traumatismos oculares no penetrantes producidos por proyectiles a alta velocidad. También se ha denominado como ruptura coriorretiniana traumática y coriorretinopatía proliferativa de Lagrange. Es decir se pueden describir dos mecanismos de lesión: uno directo, adyacente a contusión de proyectil, donde actúa la rápida deformación del globo y sus ondas de choque; y otro indirecto debido a la transmisión de ondas de choque a través de la pared ocular que afecta a la mácula.
Explicación del caso
El varón de 29 años acudió a urgencias debido a un traumatismo accidental en el ojo derecho por perdigones de una escopeta de cartuchos. Tras la exploración por parte del oftalmólogo, presentaba una agudeza visual de unidad en ambos ojos. En el examen biomicroscópico del ojo derecho se apreciaba en la zona cercana a la nariz un perdigón y un hiposfagma en esta zona.