Las claves de la Inteligencia Emocional
¿En qué consiste la Inteligencia emocional (IE)?
La Inteligencia Emocional consiste en saber reconocer, interpretar, comprender y gestionar mis emociones y las de los demás para poder actuar de manera adecuada ante las mismas.
Primero debemos conocer qué son las emociones, a diferencia de los sentimientos. Las emociones son reacciones psicofisiológicas que representan modos de adaptación a ciertos estímulos de la persona cuando percibe un objeto, persona, lugar, suceso o recuerdo importante. Por otro lado, los sentimientos son la etiqueta que ponemos ante aquello que sentimos.
Es decir, la emoción es la descarga hormonal al torrente sanguíneo y el sentimiento es lo que el cerebro ha interpretado de esa descarga; así podemos hablar de alegría, de miedo, de ira, de tristeza o de asco.
Hasta la fecha, cada una de estas emociones nos ha ayudado a adaptarnos a la situación que vivimos; sin embargo, el mundo se ha hecho más complejo y las respuestas, muchas veces, dejan de ser adaptadas a lo que se espera de nosotros en un momento determinado.
¿Cómo definirías una persona con IE desarrollada?
Una persona con IE desarrollada es capaz de identificar lo que realmente siente. Esto es muy importante porque con una adecuada identificación, sin autoengaños, hará que el resto de las acciones sean coherentes. Es decir, si reconozco que lo que siento es impotencia porque no sé cómo abordar una situación dejaré de culpar al otro por mi enojo.
Una vez que identifico lo que realmente siento, soy capaz de expresarlo y de regularlo, utilizando las herramientas en mi mano; es decir, no permito que las emociones me controlen, como puede pasar con emociones como la ira o la tristeza que tienen la virtud de anular la capacidad de pensamiento; sino que llevo a cabo acciones para poder reducirlas y así, manejarlas convenientemente.
Otra característica importante de las personas con alta IE es que también saben reconocer las emociones en los demás; es decir, tienen una alta empatía, lo que les ayuda a conectar muy bien con los otros, actuando en consecuencia.
¿Por qué es importante tener IE?
A la hora de trabajar en equipo, de establecer relaciones interpersonales, la IE es sinónimo de adaptación, de buenas y sinceras relaciones, de generar confianza en el otro, de saber manejar situaciones difíciles, de evitar problemas, de comunicarse convenientemente.
Las personas quieren estar y trabajar con gente que las entienda y una persona con una IE desarrollada ofrece esto a los demás. Para ser un líder se necesita mucha Inteligencia Emocional y cuando se trabaja con personas se necesita esta cualidad; sobre todo, si están a tu cargo; es decir, si eres el ´jefe´ de ese grupo (maestro, entrenador, gerente, etc). Para uno mismo/a, la IE ofrece estabilidad, autoconocimiento y aceptación.
- Los estudiosos plantean cinco componentes:
- Conciencia de uno mismo o autoconciencia emocional
- Autorregulación o autocontrol emocional
- Habilidades sociales o relaciones interpersonales
- Empatía o reconocimiento de las emociones de los demás
- Automotivación
¿Cuáles son las claves para progresar la IE?
La clave principal es el autoconocimiento lo que conlleva a una autoaceptación; esto implica un mejor desempeño en las diferentes esferas sociales, lo cual va a influir de manera favorable en el bienestar psíquico y la salud emocional personal. También se basa en el aprendizaje de herramientas que ayuden a un mejor manejo del estrés y de las emociones negativas, como la ansiedad, el pánico y los estados emocionales producto de situaciones que resultan traumáticas.
Las personas que no manejan bien sus emociones son propensas a padecer de inestabilidad emocional con frecuentes cambios en su estado de ánimo, lo cual afecta perjudicialmente su bienestar físico y psíquico, sus relaciones con el entorno, su funcionamiento y rendimiento.
¿Por qué en la sociedad actual no es un elemento que se tenga muy en cuenta?
Cada vez somos más conscientes de la necesidad de desarrollar en nosotros/as y en nuestros hijos/as este tipo de Inteligencia, que va a marcar más el éxito en la vida que la capacidad intelectual, que era en la que nos basábamos antes.
En una sociedad estresada, que circula a gran velocidad y en la que las emociones más negativas pululan a sus anchas, disponer de esta inteligencia va a dotar a la persona de control personal y también social; personas adaptadas a su entorno y capaces de dar respuestas acertadas a situaciones de estrés, que sepan convivir con la gente de manera satisfactoria y que solucionen problemas en lugar de crearlos es el paradigma al que tiende toda sociedad avanzada.