Adicciones: ¿por qué nos volvemos adictos?
Las adicciones son un trastorno crónico que se caracteriza por la dependencia hacia una sustancia o conducta, lo que lleva a la persona a perder el control sobre su consumo o actividad. Se trata de una enfermedad compleja que afecta no solo el cuerpo, sino también la mente y la vida social de quien la padece.
¿Qué es una adicción?
La adicción se define como una dependencia física y/o psicológica hacia una sustancia (como el alcohol, tabaco, drogas ilegales o medicamentos) o hacia una conducta (como el juego, la tecnología, las compras o la comida). Aunque inicialmente el consumo o la actividad suele generar placer o alivio, con el tiempo se convierte en una necesidad compulsiva, incluso cuando la persona es consciente de las consecuencias negativas.
La adicción afecta el circuito de recompensa del cerebro, donde la dopamina, un neurotransmisor que regula la sensación de placer, juega un papel clave. A medida que la dependencia progresa, el cerebro necesita cada vez más estímulo para experimentar el mismo efecto, lo que refuerza el consumo repetitivo o la conducta adictiva.
Causas de las adicciones
No existe una única causa para el desarrollo de una adicción. Es el resultado de una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales.
- Factores biológicos:
- Genética: predisposición hereditaria que aumenta el riesgo de desarrollar una adicción.
- Cambios neuroquímicos: alteraciones en el cerebro que favorecen la dependencia.
- Edad de inicio: el consumo temprano de sustancias incrementa la vulnerabilidad del cerebro en desarrollo.
- Factores psicológicos:
- Estrés crónico o mal manejo emocional: muchas personas recurren a sustancias o conductas para lidiar con problemas emocionales.
- Trastornos mentales: ansiedad, depresión, trastorno bipolar y otros problemas de salud mental pueden predisponer a una adicción.
- Baja autoestima: puede hacer que se busque refugio en conductas compulsivas o sustancias.
- Factores sociales:
- Ambiente familiar y social: crecer en un entorno donde hay consumo de sustancias o comportamientos adictivos influye significativamente.
- Presión del grupo: especialmente en la adolescencia, la búsqueda de aceptación puede llevar al inicio de un consumo problemático.
- Accesibilidad: la facilidad para obtener ciertas sustancias o exponerse a conductas como el juego aumenta el riesgo.
Síntomas principales de las adicciones
Las adicciones presentan una variedad de síntomas, que pueden ser físicos, emocionales y conductuales. Identificarlos a tiempo es clave para intervenir adecuadamente.
Síntomas físicos:
- Necesidad creciente de consumir más cantidad (tolerancia).
- Síntomas de abstinencia cuando se interrumpe el consumo o actividad: temblores, sudoración, insomnio, ansiedad, irritabilidad o depresión.
- Cambios en la apariencia física: pérdida o aumento de peso, ojos enrojecidos, fatiga crónica.
Síntomas emocionales y psicológicos:
- Ansiedad o nerviosismo ante la imposibilidad de acceder a la sustancia o conducta.
- Cambios de humor drásticos: irritabilidad, tristeza o euforia sin motivo aparente.
- Incapacidad para controlar el impulso de consumir o realizar la actividad.
- Apatía o desinterés en actividades que antes generaban placer.
Síntomas conductuales:
- Aislamiento social: alejamiento de amigos y familiares.
- Mentir o engañar para ocultar el problema.
- Negligencia en responsabilidades laborales, familiares o académicas.
- Realizar esfuerzos extremos (económicos o personales) para acceder a la sustancia o comportamiento.