La fisioterapia en los trastornos temporomandibulares

Editado por Margarita Marquès el 30/11/2024

Los trastornos temporomandibulares (TTM) son aquellos en los que ve afectada la articulación de la mandíbula, que permite el correcto movimiento de la boca al abrir y al cerrar, o bien se afecta la musculatura encargada de dar movimiento a la articulación. En una proporción muy grande, existe afectación de las dos estructuras, tanto de la articulación y del sistema muscular. Pero también nos podemos encontrar casos en los que sólo tengamos un problema muscular, o sólo un deterioro intrínseco a la articulación. Este es el caso de una enfermedad articular pura, como la artritis reumatoide. En la evolución del tratamiento de estas afecciones, la fisioterapia juega un papel muy importante, tanto en el tratamiento de una sobrecarga aguda, como en el mantenimiento de un estado óptimo de todo el sistema muscular cráneo-cervical, que es fundamental que se encuentre en equilibrio.

 

El síntoma más frecuente, y que es el motivo más común de consulta, es el dolor. Este dolor viene motivado la mayor parte de las veces por algún tipo de problema asociado a algún músculo de los que abren la boca, o de los que la cierran, o de los que dan estabilidad al cuello. Puede ser un dolor al bostezar, un dolor al masticar, un dolor en la parte alta del cuello al tragar, un dolor de cabeza o cefalea, un dolor de oído, etc.

 

¿De dónde vienen esas contracturas musculares?

Esa inflamación muscular que puede provocar esa amplia variedad de sintomatología, es provocada por el bruxismo.

 

La fisioterapia forma unos de los pilares fundamentales
para tratar los trastornos temporomandibulares

 

¿Cuál es la definición del bruxismo?

Es la contracción involuntaria e inconsciente de la musculatura, sobre todo de la masticatoria, cuyo efecto cuando se contraen estos músculos al aproximar un maxilar contra otro y contactan los dientes. Durante la masticación de combinan esas contracciones para poder triturar los alimentos y poder tragarlos después.

 

¿Cuál es la causa del bruxismo?

Existen muy pocas situaciones en las que se sepa con evidencia científica, que son causa de actividad muscular; y que, por tanto, eliminando esas situaciones se erradique esa actividad muscular. Sin embargo observamos que casi el 75% de la población es bruxista, y sólo uno de cada tres acabe en la consulta para eliminar el dolor.

 

¿Cuáles son esas causas?

Son pocas:

  • Traumatismo directo sobre la articulación de la mandíbula
  • Maloclusión o mordida anómala
  • Ausencia de piezas dentales, sobre todo en la región de atrás.

 

El grueso de pacientes no tiene ninguna de las situaciones antes mencionadas, y el bruxismo se asocia entonces con una relación muy fuerte al estrés, a la ansiedad, a nuestro entorno socio-laboral, a un componente emocional muy fuerte, en el que nosotros no podemos actuar. Sólo podremos actuar contra los síntomas que produce.

 

Es por todo esto, que el tratamiento de los TTM se fundamenta en rebajar el tono muscular, en mantener en una situación de equilibrio al sistema masticatorio, que contrarreste la actividad inconsciente e involuntaria que realiza el bruxismo, ya que la sobrecarga funcional que nuestras articulaciones van a recibir si no ponemos remedio para ello, es la que va a iniciar un posible deterioro articular.

 

Es aquí donde la fisioterapia forma unos de los pilares fundamentales tanto como para tratar la clínica muscular, como para proteger las articulaciones secundariamente.

 

El tratamiento que llamamos conservador, enfocado al tratamiento de las articulaciones se basa en 5 pilares, y uno de ellos, es la fisioterapia. En mi opinión, creo que es el pilar más importante, junto con la feruloterapia.

 

La fisioterapia consiste en eliminar esos puntos de tensión, que suelen provocar dolor a la presión, hasta conseguir una relajación muscular, que junto con el resto del tratamiento haga que el paciente se olvide de su dolencia y conviva con ella, porque desgraciadamente el bruxismo no desaparece, y por tanto habrán recaídas y vaivenes en la sintomatología. Lo más importante es que haya una información correcta de lo que sucede, y el paciente mismo sepa qué hacer y a quien acudir sistemáticamente cuando tenga una reagudización del dolor, sin que el componente de ansiedad que produce la incertidumbre a saber lo que le pasa al paciente, añada más intensidad al dolor, o pueda cronificar el dolor.

Cirugía Oral y Maxilofacial en Donostia-San Sebastian