¿La cirugía de la epilepsia es el único tratamiento que permite curar la enfermedad?
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¿Cuándo se recomienda la cirugía de la epilepsia?
Si bien, la mayoría de los pacientes con epilepsia pueden ser controlados de sus crisis con medicamentos, existe al menos un 30 % que son resistentes a esta forma de tratamiento. Una vez que se ha diagnosticado la fármaco resistencia, el paciente debe ser sometido a una serie de exámenes especiales destinados a aclarar si se trata de una epilepsia operable. La razón de este estudio pre-quirúrgico se justifica en que el riesgo de vivir teniendo crisis es mayor que pasar por una cirugía de la epilepsia. Los pacientes con epilepsia refractaria a fármacos, tienen entre 6 y 9 veces la posibilidad de sufrir una complicación de salud grave de o incluso llegar a fallecer por las crisis.
¿Qué es una Unidad de Epilepsia?
Una Unidad de Epilepsia se compone por un equipo de profesionales especialistas en el tratamiento de epilepsia refractarias a fármacos. No cualquier neurólogo o neurocirujano puede realizar este diagnóstico o tratamiento. Se requiere una subespecialización de muchos años en el ámbito para determinar si un paciente es candidato a cirugía. Fundamentalmente, el equipo lo compone un neurólogo que sea especializado en cirugía de la epilepsia, un neurocirujano y una neuropsicóloga también especializados. Además, médicos de Neuroradiología y Medicina Nuclear necesitan pasar por un entrenamiento especial.
Además del elemento humano, se requiere disponer de una Unidad de Monitorización de Epilepsia (UME) que dispone de vídeo-electroencefalograma (Video-EEG) prolongado y que cuenta con personal de enfermería, especialmente entrenado para evaluar crisis y controlar posibles complicaciones durante las 24 horas del día.
¿Qué tipos de cirugía de epilepsia existen y cómo se selecciona la más adecuada para cada paciente?
En general, se divide en cirugía de la epilepsia en curativa (que pretende curar la enfermedad) y paliativa (busca reducir la frecuencia de crisis y mejorar la calidad de vida). Un paciente puede beneficiarse de una cirugía curativa si el foco epiléptico (lugar donde se generan las crisis) está ubicado en una zona segura del cerebro, sin que puedan dañarse otras funciones por la cirugía. Cuando esto no puede lograrse, se procede a utilizar métodos paliativos, en los cuales se puede mofificar la función cerebral mediante la neuroestimulación (como con la estimulación del nervio vago) o la desconexión de diversas áreas (p. ej. callosotomía o hemisferotomía). Esto permite en muchos casos mejorar en forma notable la frecuencia de crisis.
¿Cuáles son los principales riesgos asociados a una cirugía?
Una cirugía de epilepsia tiene un riesgo de complicaciones de 1 a 2 %, cuando se realiza por manos expertas. Sin embargo, este riesgo es equivalente a vivir cuatro años teniendo crisis en forma regular. Un experto en epilepsia podrá recomendarle esta opción, si es la indicada en su caso, y nunca optará por ella si los riesgos son mayores a los beneficios.
¿Cómo se evalúa la efectividad de la cirugía de epilepsia a largo plazo?
La efectividad de la cirugía de la epilepsia se valora a lo largo del tiempo mediante un seguimiento continuo. Los pacientes deben someterse a evaluaciones regulares mediante EEG, resonancia magnética y neuropsicología tras una intervención quirúrgica. Una vez que se han controlado las crisis después de la operación, a partir de uno o dos años comienzan a reducirse los medicamentos y en algunos casos pueden llegarse a suspenderse por completo. Sin embargo, lo importante es que el paciente no tenga crisis, porque de esto depende aspectos fundamentales para la calidad de vida, como es el hecho de conducir un vehículo.
¿Cómo se realiza el proceso de recuperación y rehabilitación tras la intervención?
El proceso de recuperación después de la cirugía de la epilepsia varía según el tipo de procedimiento y las necesidades individuales del paciente. Hoy en día disponemos de terapias tratamientos altamente sofisticados como es el uso del láser para cirugía de epilepsia, en el cual el paciente tiene muchas menos complicaciones que con procedimientos más antiguos y pueden ser dados de alta a partir de 48 horas pasado el procedimiento. No obstante, la indicación de cada una de las diversas técnicas disponibles va depender del grado de especialización del equipo tratante.