Ictus: síntomas, tratamiento y factores de riesgo
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¿Qué es un ictus?
Un ictus es un accidente vascular cerebral. Pueden ser hemorrágicos o isquémicos. Los hemorrágicos se refieren a una hemorragia intra-craneal por la rotura de un aneurisma o de algún vaso arterial. Y los isquémicos son por obstrucción de una arteria. Generalmente, pueden ser por trombosis o por embolismos. Son la primera causa de mortalidad y la tercera causa de invalideces permanentes en el mundo occidental.
¿Cuáles son los principales factores de riesgo?
Los principales factores de riesgo para sufrir un ictus de origen isquémico, es decir, por oclusión de una arteria cerebral, intra-craneal o extra-craneal, suelen ser, además de los propios de la edad avanzada en la cual suele producirse este tipo de acontecimientos, el tabaquismo, la hipertensión, las cifres elevadas de colesterol -sobre todo colesterol del malo- la obesidad, el sedentarismo, también puede influir en diversos casos la diabetes que condiciona una alteración en las arterias del organismo de manera generalizada y contribuye también en muchos casos de hipertensión. De manera que es un círculo cerrado donde todas las patologías de origen circulatorio pueden también originar problemas en el aparato circulatorio concretamente de las arterias que irrigan al cerebro.
¿Qué síntomas frecuentes permiten detectarlo?
Hay que estar muy atento a la aparición de cualquier síntoma como los que vamos a ver ahora porque son los primeros motivos de alarma por los cuales se debe acudir inmediatamente al especialista de Angiología y Cirugía Vascular. Tenemos varios tipos, unos serían menores como cuadros de pequeñas desorientaciones, pequeños cuadros de pérdida de memoria, de tipo amnésico, pero después podemos tener cuadros mayores con instauración de un ictus en los cuales puede haber pérdida de fuerza en brazo, en pierna, puede haber pérdida de conocimiento, puede haber alteraciones en la marcha, pérdidas de equilibrio, desviación en la comisura bucal hacia un lado o hacia otro, pérdidas de visión parcial o total de un ojo, también es frecuente por ejemplo pérdidas de visión laterales, de medio ojo hacia el exterior por ejemplo.
Todos estos síntomas son los que deben alarmar y debe acudirse inmediatamente al médico especialista porque son muy orientativos de los primeros cuadros, del inicio del cuadro del ictus isquémico o el ictus hemorrágico.
¿Determinará el diagnóstico precoz el tratamiento?
Por supuesto, el diagnóstico precoz es fundamental para el buen tratamiento. Hay que pensar que en España se producen entre 150 y 200 casos de ictus cada año por cada 100.000 habitantes. De todos estos casos, 90 de los 100.000 fallecerán, quedarán con secuelas y dependencia en los 6 meses siguientes un 17-18% de estos y casi un 30% (un 27 y algo) quedarán con secuelas permanentes. Por lo tanto, los síntomas que hemos mostrado, acudir al especialista rápidamente y tener un diagnóstico que es muy sencillo porque además de la sintomatología la ayuda de un simple eco-doppler de troncos supra-aórticos nos permite valorar el riego cerebral extra-craneal, o la práctica de una resonancia o un escáner nos permitirá valorar la calidad del tejido cerebral intra-craneal o las arterias intra-craneales. El tratamiento después, sea o no quirúrgico, se verá muy beneficiado cuanto más precoz sea el diagnóstico.