Guía para el desconfinamiento de los más pequeños
El desconfinamiento de los más pequeños todavía genera dudas entre los padres. Hay quienes afrontan la nueva normalidad con alegría y entusiasmo, mientras que otros la viven con miedo y angustia, pero lo que está claro es que para todos es una situación nueva y desconocida.
¿Cómo estamos afrontando la desescalada?
Partimos de estar mucho tiempo encerrados en casa. Primero tuvimos que adaptarnos a “permanecer en ella”, siendo eso lo seguro, lo que debíamos hacer para estar bien y a salvo. La desescalada ha supuesto, tras pasar tanto tiempo así, un nuevo cambio al que adaptarse y exponernos a salir, cuando antes lo seguro era no hacerlo.
Por eso es un proceso que para muchos niños está resultando difícil: se han acomodado a estar en casa, se sienten más seguros sin salir y cuando piensan en hacerlo o comenzaron a exponerse a las salidas, desde una posición de miedo e inseguridad esto ha hecho que ahora se sientan muy ansiosos.
¿Cómo gestionan sus emociones los más pequeños?
Los niños no tienen la misma inteligencia emocional y capacidad para reconocer, identificar y gestionar sus emociones que un adulto. Es durante su desarrollo en la infancia donde debemos ayudarles a asimilar y construir su mundo emocional, por lo que hay situaciones que nosotros como adultos gestionamos más fácilmente y a las que nos adaptamos con mayor facilidad y capacidad.
Ellos, aunque las afrontan y parece que “se adaptan a todo”, no lo hacen procesándolo adecuadamente debido a estas diferencias a la hora de gestionar sus emociones que hacen que aumente la posibilidad de desarrollar problemas psicológicos en el futuro.
Si además existe ansiedad, inseguridades, miedos, bajo estado de ánimo o cualquier estado psicológico o emocional no gestionado o bien elaborado estas posibilidades se incrementan.
Además, para muchas familias esta situación ha supuesto graves pérdidas: duelos por fallecimiento de familiares, desempleo o problemas económicos, expresado y mostrando nuestro malestar, pero quizás los más pequeños que no lo saben gestionar ni expresar igual no han conseguido hacerlo.
La ansiedad infantil o los problemas del estado de ánimo se manifiestan con un cambio en su conducta
Para poder identificar si nuestro hijo padece ansiedad es importante atender a sus cambios de conducta y dificultades que pueda presentar en diferentes ámbitos, como por ejemplo: pueden mostrarse más irritables, frustrados, lábiles (lloran con facilidad y sin saber a veces porqué), pueden aparecer problemas de atención, memoria y concentración.
También podemos notar al niño aletargado o al contrario, más desinhibido psicomotrizmente y alterado. Y también pueden aparecen dificultades en su forma de relacionarse (no quiere estar con nadie, se aísla), en el juego (no disfruta o directamente no juega), fisiológicamente como dificultades para conciliar el sueño (pesadillas, insomnio, miedos), problemas de alimentación (bajo apetito o comer emocional) e incluso somatizaciones y síntomas gastrointestinales, problemas dermatológicos o cefaleas, entre otros.
Algunos consejos
Para ayudar a los niños en la desescalada es muy importante atender a las siguientes recomendaciones:
- Comunicación: es fundamental que las explicaciones que les demos sean claras y sencillas.
- Seguridad: debemos de ser capaces de transmitirles tranquilidad ante una situación excepcional.
- Mostrar un estado de ánimo positivo. Nuestro estado de ánimo se contagiara a través de nuestras emociones y les haremos sentir seguros.
- Estar atentos a sus emociones y ayudarles a expresar sus sentimientos.