Excelencia en reconstrucción mamaria
La reconstrucción mamaria autóloga tras una mastectomía (extirpación del pecho) consiste en recrear una mama de aspecto natural con tejido propio de la paciente, normalmente del abdomen.
El cáncer de mama es el tumor más frecuente entre las mujeres españolas, una de cada once lo padecerá. La mastectomía puede formar parte del tratamiento del cáncer de mama o estar indicada de forma preventiva (predisposición genética). Con objeto de evitar las secuelas, las mujeres pueden someterse a diferentes técnicas de reconstrucción mamaria.
Reconstrucción mamaria, tipos
Existen muchas técnicas pero pueden clasificarse en dos grandes grupos: las que emplean implantes o prótesis y las que utilizan tejido autólogo: piel, grasa y músculo de la paciente.
Los implantes mamarios son una buena opción, si la paciente, no ha recibido radioterapia local. La intervención es sencilla, corta y no precisa de otras incisiones añadidas a la de la mastectomía. Para alcanzar un resultado más natural, se emplean técnicas de refinamiento como los injertos de grasa y las matrices dérmicas acelulares.
Sin embargo, las técnicas de reconstrucción mamaria autóloga (tejido propio) ofrecen los mejores resultados, ya que logran conformar una mama similar a la sacrificada en la mastectomía. Se emplean tejidos “excedentes” de diversas localizaciones como el abdomen, la espalda, los muslos o los glúteos.
Reconstrucción autóloga, ¿cómo es el procedimiento?
Habitualmente, la primera opción es emplear tejido del abdomen porque origina pocas secuelas y además se consigue un beneficio similar al de una abdominoplastia. Además, esta técnica de reconstrucción mamaria permite trasplantar ganglios de la ingle para intentar paliar el linfedema que muchas de estas mujeres padecen (tras la linfadenectomía axilar asociada al tratamiento del cáncer de mama).
En la actualidad, la reconstrucción mamaria permite recrear la mama teniendo en cuenta las necesidades y deseos de la paciente. En este contexto, es habitual precisar de pequeñas intervenciones de retoque posteriores, procesos sencillos y cortos para ajustar el tamaño y forma de la mama reconstruida. Finalmente se persigue la simetría de las mamas mediante la reconstrucción del pezón, de la areola y el lipomodelado (infiltración grasa en determinadas localizaciones).
El objetivo en Cirugía Plástica es asegurar el mejor resultado con el menor riesgo posible. Para lograrlo es fundamental personalizar las diferentes técnicas quirúrgicas en cada mujer para consensuar sus deseos, con las posibilidades reconstructivas que su anatomía nos ofrece.