Endotelio y su relación con COVID persistente, los Health Science Awards y el Curso Internacional sobre Inflamación Vascular
La presencia del Dr. José Sabán en los Health Science Awards y el Curso Internacional sobre Inflamación Vascular de diciembre de 2022 marca un punto de inflexión en su carrera y en el campo del estudio del endotelio.
La importancia de los dos eventos vividos recientemente
La Sociedad Internacional de la Innovación en salud SIISDET es la sociedad que otorga anualmente los Health Science Awards y la más prestigiosa del mundo en este campo.
Por otro lado, respecto a la Conferencia Mayor en el IX Curso Internacional de Fisiopatología Endotelial, ha formado parte de un panel de profesores que contaba, entre otros grandes del Endotelio, como Peter Libby y Thomas Lüscher, el primero Presidente de la Sociedad Internacional de Aterosclerosis y el segundo, Presidente electo de la Sociedad Europea de Cardiología.
¿Qué es el endotelio?
Se puede definir el endotelio o tejido endotelial como la monocapa celular que tapiza el interior de nuestros vasos sanguíneos, separando de esta forma nuestra sangre del resto del organismo incluyendo los propios vasos en su integridad, de los que el endotelio forma tan solo una mínima parte.
Pero lejos de ser un simple revestimiento de propiedades anticoagulantes, lo que le hace realmente único y extraordinario es que representando solo una pequeña porción, es, sin ninguna duda, la más esencial del vaso ya que coordina toda la celularidad vecina, destacando la célula muscular lisa de la pared vascular, la célula muscular estriada del miocardio y la que circula delante de él, fundamentalmente los leucocitos y plaquetas.
Además de ello el endotelio se trata de un tejido inteligente que en silencio nos da la vida sin quererlo y nos la quita sin saberlo. Y en cuanto a grandeza, pesa más que todos los llamados órganos nobles de Cajal (cerebro, corazón, hígado y riñones) juntos. Y yendo más allá, por su rapidez de respuesta, piensa de forma más rápida que el cerebro, es tan activo o más que el corazón, fabrica tantos productos o más que el hígado y es clave en el manejo de los líquidos como el riñón, órgano que además debe su filtrado precisamente a su peculiar endotelio.
Dicho esto, no hay un solo tipo de endotelio, sino muchos tipos, casi tantos como órganos, un hecho conocido como heterogeneidad fenotípica. Si además multiplicamos cada uno de ellos por tres, el arterial, el venoso y el linfático, nos salen innumerables tipos de endotelio trabajando todos con los mismos ingredientes, pero de forma diferenciada y autonómica.
Medicina cardiometabólica
Abordar por nuestra parte la enfermedad aterotrombótica, la antigua aterosclerosis, desde el endotelio a primeros del presente siglo y no desde el colesterol, el azúcar, el tabaco… supuso una convulsión en el espacio cardiovascular de la época.
Respecto a la medicina cardiometabólica es importante mencionar que se trata de un nuevo tipo de medicina, que en sentido estricto gira alrededor del endotelio y es muy diferente a la cardiovascular clásica, teniendo como pistoletazo oficial de salida en octubre de 2006 en Boston. En sentido amplio el endotelio se difumina y ahí las diferencias entre ambas medicinas se diluyen.
¿Hay algún escenario más donde poder aplicar el estudio endotelial o se reduce todo a la esfera cardiovascular?
Contamos con dos escenarios más dónde el endotelio podría ser de gran utilidad práctica, y curiosamente, en ambos se están repitiendo los mismos problemas de incomprensión y negacionismo que en el primer escenario. Hablamos del campo del antienvejecimiento y cómo no, de la COVID, la enfermedad que ha desplazado a la mismísima diabetes como aquella en la que el daño endotelial tiene un mayor protagonismo.
como aquella en la que el daño endotelial tiene un mayor protagonismo.
¿Qué nos puede decir de la relación del endotelio con el envejecimiento?
Respecto al envejecimiento y su ralentización con miras a un futuro mejor, libre de incapacidades, viene del 2010 cuando Le Couteur y Lakatta sacaron su hipótesis vascular del envejecimiento humano con el foco puesto en el endotelio.
La rehabilitación del endotelio dañado por el paso de los años, no solo ralentiza el proceso de envejecimiento, sino que consigue un auténtico rejuvenecimiento, evaluado tanto por biomarcadores como por estudios hemodinámicos no invasivos a nivel micro-macrovascular. Por la implicación del endotelio en cada uno de los órganos, incluida la piel, estos hallazgos podrían repercutir en un mejor funcionamiento global de todo el organismo.
Endotelio y COVID
Una de las mayores aportaciones del doctor en los últimos años y principal motivo por el que ha recibido este y otros premios además de ser ponente del único Congreso Internacional de la especialidad, ha sido primero, anticipar la relación de la COVID con el endotelio y segundo, confirmarla en su consulta.
Pero lo mejor de todo es que lo ha hecho casi sin contar con apenas equipos ni medios, una situación bien distinta a cuando trabajaba en un gran hospital público y del que le jubilaron muy a su pesar.
Para el doctor esta era desde el principio, la única hipótesis que explicaría la enfermedad en cualquiera de sus fases, mucho más que las alteraciones inmunológicas que, aun siendo importantes, no superan en el grado de importancia al daño del endotelio ya que no son tan constantes ni tan duraderas.
COVID Persistente
Múltiples evidencias implican al daño del endotelio en las diferentes formas de expresión de esta enfermedad, como lo demuestra el estudio llevado a cabo, entre otras muchas universidades y centros de investigación, en la Universidad de Lovaina, aunque el doctor afirma que casi nadie presta atención a este enfoque.
Tras la aparición de la COVID Persistente y tal como hizo con la fase aguda, el doctor fue de los primeros en anticipar que el endotelio tenía que estar implicado, y no es casualidad que, desde hace ya más de un año, comenta, que los pacientes que más acuden a sus consultas sean los diagnosticados de COVID Persistente.
Finalmente, el Dr. suele acabar sus conferencias sobre este tema con la frase “no hay más ciego que el que no quiere ver” y, en estrecha correlación con la anterior, hoy nos saca a colación esta otra "a buen entendedor pocas palabras bastan".