Endometriosis más allá del dolor menstrual: estrategias de manejo y tratamiento
La endometriosis es una condición ginecológica común, pero a menudo subestimada que afecta a mujeres en edad fértil. Aunque su causa exacta sigue siendo objeto de investigación, entender sus síntomas, diagnóstico y opciones de tratamiento es fundamental para quienes la padecen.
En este artículo, exploraremos las preguntas más frecuentes que los pacientes suelen tener sobre la endometriosis.
¿Qué es la endometriosis?
La endometriosis es una condición en la que el tejido similar al revestimiento del útero, conocido como endometrio, crece fuera del útero. Esta anomalía puede presentarse en áreas como los ovarios, trompas de Falopio, el peritoneo (membrana que recubre la cavidad abdominal) y otros órganos pélvicos como el intestino y la vejiga de la orina.
Aunque la endometriosis no es cancerosa, muchas veces su comportamiento es como el de un cáncer en el sentido que puede invadir tejidos pélvicos y abdominales afectando su funcionamiento óptimo, puede causar síntomas dolorosos y afectar la calidad de vida de quienes la padecen.
¿Cuáles son los síntomas de la endometriosis?
Los síntomas de la endometriosis pueden variar ampliamente de una mujer a otra. Los más comunes incluyen:
- Dolor pélvico: puede ser constante o durante el período menstrual.
- Dolor durante las relaciones sexuales: especialmente durante o después de la penetración.
- Irregularidades menstruales: como períodos abundantes o sangrado entre períodos.
- Dolor al orinar o defecar: principalmente durante la menstruación.
- Dificultades para concebir: algunas mujeres descubren que tienen endometriosis cuando tienen dificultades para quedar embarazadas.
Es importante recordar que los síntomas pueden variar en intensidad y no siempre están correlacionados con la gravedad de la enfermedad.
¿Cómo se diagnostica la endometriosis?
El diagnóstico de la endometriosis puede ser un desafío, ya que sus síntomas a menudo se superponen con otras condiciones ginecológicas.
Sin embargo, los siguientes pasos suelen ser parte del proceso diagnóstico:
- Historial médico y examen físico: el médico recopilará información sobre los síntomas y realizará un examen pélvico para detectar cualquier anormalidad.
- Ecografía: puede ayudar a identificar quistes endometriósicos (endometriomas) en los ovarios, pero no siempre puede detectar otros implantes de endometriosis, especialmente cuando la enfermedad se encuentra en etapas iniciales de la vida reproductiva de la mujer, sin embargo, la valoración ecográfica de este tipo de patología requiere un entrenamiento específico para detectar cambios sutiles en la pelvis y orientar el diagnóstico de una forma más precoz.
- Laparoscopia: este procedimiento quirúrgico, realizado bajo anestesia general, permite al médico visualizar y diagnosticar la endometriosis directamente examinando el interior del abdomen y la pelvis. Hoy en día, con el desarrollo de nuevas tecnologías en ecografía, no es necesario operar a la paciente para establecer un diagnóstico. La laparoscopia, por tanto, hoy en día se reserva para dar tratamiento quirúrgico a la enfermedad.
- Resonancia Magnética Nuclear: es una técnica de imagen muy sensible para el diagnóstico de la endometriosis, así como su extensión en la pelvis y fuera de ella. Requiere también un grado de entrenamiento en el análisis de este tipo de imágenes y, junto con la ecografía, son las mejores herramientas actuales para el diagnóstico y estadiaje de la endometriosis, ambas muy útiles para diseñas la cirugía que requiere el paciente o el tratamiento más óptimo.
¿Cuál es el tratamiento para la endometriosis?
El tratamiento de la endometriosis se basa en aliviar los síntomas y, en casos de infertilidad, facilitar el embarazo. Las opciones de tratamiento pueden incluir:
- Medicamentos: como analgésicos para el dolor, anticonceptivos hormonales para controlar el crecimiento del tejido endometrial y medicamentos que suprimen la producción de estrógeno.
- Cirugía: la laparoscopia puede ser utilizada tanto para el diagnóstico como para la extirpación de los implantes de endometriosis. En casos graves o cuando otros tratamientos no son efectivos, la histerectomía (extirpación del útero) puede ser considerada. Habitualmente, debido a que los síntomas suelen ser dolor e infertilidad, muchas veces la cirugía hecha por expertos en el tema requiere de un equilibrio entre eliminar quirúrgicamente la mayor cantidad de tejido endometriósico y mantener la funcionalidad de los órganos genitales pélvicos (para gestar) y, al mismo tiempo, aliviar el dolor y ganar en calidad de vida la paciente.
- Terapias complementarias: algunas mujeres encuentran alivio con terapias alternativas como la acupuntura, la fisioterapia o cambios en la dieta y estilo de vida. Es fundamental complementar el estilo de vida al resto de tratamientos actuales de la enfermedad (médico-quirúrgicos) para conseguir una sinergia y potenciar el impacto en la mejoría de la enfermedad.
Es importante discutir con el médico las opciones de tratamiento que mejor se adapten a las necesidades individuales y los objetivos de cada paciente.
¿La endometriosis afecta a la fertilidad?
La endometriosis puede afectar la fertilidad, aunque no todas las mujeres con la condición tendrán dificultades para concebir. La gravedad de la enfermedad y su ubicación pueden influir en la fertilidad. Sin embargo, muchas mujeres con endometriosis pueden concebir naturalmente o con la ayuda de tratamientos de fertilidad como la inseminación artificial o la fertilización in vitro (FIV).
En ocasiones, la cirugía mejora mucho el pronóstico de las pacientes al reducir la carga de la enfermedad y eliminar las estructuras pélvicas afectadas por la endometriosis, que repercuten negativamente en el acto de concebir (la enfermedad afecta desde el funcionamiento óptimo de las trombas de Falopio, el propio uterino y hasta el ambiente intraovárico quizá desmejorando la calidad ovocitaria).
¿Hay alguna forma de prevenir la endometriosis?
Actualmente, no hay una forma conocida de prevenir la endometriosis. Sin embargo, mantener un estilo de vida saludable, incluida una dieta equilibrada y ejercicio regular, puede ayudar a reducir el riesgo de desarrollar la enfermedad. Lo prioritario hoy en día es diagnosticar precozmente la enfermedad para intentar evitar su progresión con el empleo de tratamientos específicos y dar consejo reproductivo a las pacientes que deseen gestar. De este modo, una paciente bien asesorada en edades tempranas sobre su porvenir, puede tomar decisiones mucho más acertadas en su planificación familiar futura. Al mismo tiempo, la detención en la progresión mejorará la calidad de vida de la paciente a largo plazo.
Además, algunas investigaciones sugieren que evitar la exposición a toxinas ambientales y el control adecuado de los niveles hormonales pueden ser beneficiosos, aunque se necesitan más estudios para confirmar estas conexiones.