¿En qué consiste el cáncer de mama?
El cáncer de mama es el tumor maligno que se origina en el tejido de la glándula mamaria, donde existen diversos componentes pues además de la glándula propiamente dicha, hallamos vasos, nervios, linfáticos y piel. Distinguiremos las formas preinvasivas (carcinoma in situ) de las invasivas (verdadero cáncer).
El tejido mamario se desarrolla de manera plena en la pubertad y durante toda la vida fértil de la mujer sufrirá cambios periódicos, que están relacionados con el ciclo menstrual. Presentará cambios adaptativos durante el embarazo y lactancia. Finalmente, en la menopausia, involucionará en gran medida siendo sustituido por grasa.
Nuestro organismo está constituido por un conjunto de órganos, los cuales están formados por células y se dividen de forma regular con la finalidad de reemplazar a las ya envejecidas o muertas manteniendo así la integridad y el correcto funcionamiento de los distintos órganos. El proceso está regulado por una serie de mecanismos que indican a la célula cuándo empezar a dividirse, cuándo permanecer estable y, además, cuando morir. Cuando algún mecanismo se altera, la célula no se puede reparar y se perpetúa acumulando con cada división más fallos/mutaciones. Estas mutaciones supondrán, entre otras cosas, que se multipliquen de forma descontrolada y evadan el sistema inmune.
Epidemiología
El cáncer de mama es el tumor más frecuente en las mujeres. Se estima que el riesgo de padecer esta enfermedad a lo largo de la vida es del 14%; 1 de cada 7 mujeres. En España se diagnosticaron alrededor de 34.088 nuevos cánceres de mama en el año 2020 según el Sistema Europeo de información del cáncer (ECIS), lo que representa el 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres.
La incidencia, nuevos casos de cáncer detectados en un periodo de tiempo determinado, en España es menor que en Estados Unidos y Canadá, Reino Unido, Alemania, Francia y Suiza. Asimismo, es similar al resto de países de Europa Mediterránea, Centroeuropa, Portugal e Irlanda. El mayor número de diagnósticos se lleva a cabo en las mujeres entre 45-65 años. Aunque, de forma general, la incidencia va aumentando con la edad.
La incidencia de cáncer de mama se ha incrementado en los últimos años, probablemente tiene relación con el cambio de los hábitos reproductivos, el aumento de la obesidad, sedentarismo y la globalización del cribado poblacional.
Por el contrario, la mortalidad está en descenso gracias a los programas de screening, que permiten realizar una detección precoz y a las mejoras en los tratamientos.
El cáncer de mama no es una enfermedad exclusiva de mujeres, también puede aparecer en hombres, aunque se trata de un porcentaje muy pequeño, 1%
¿Cuáles son los factores de riesgo de cáncer de mama?
Se han descrito factores hormonales, de estilo de vida y ambientales que pueden aumentar el riesgo de cáncer de mama. Sin embargo, no está claro por qué se desarrollan en unas personas y no en otras. Es probable que se cause por una interacción compleja de tu perfil genético y tu medio ambiente.
Los factores que se relacionan con un aumento del riesgo de cáncer de mama:
- Ser mujer: las mujeres tienen más probabilidades de tener cáncer de mama que los hombres.
- Edad avanzada: el riesgo de cáncer de mama aumenta con la edad.
- Antecedentes personales de enfermedades mamarias: hay un aumento del riesgo de cáncer de mama si en biopsias previas de mama hay carcinoma lobulillar localizado o hiperplasia atípica de la mama.
- Antecedentes personales de cáncer de mama: si ha habido tratamientos previos de cáncer en una mama, hay mayor riesgo de desarrollar cáncer en la otra.
- Antecedentes familiares de enfermedades mamarias: si se ha diagnosticado con cáncer de mama a tu madre, tu hermana, o tu hija, especialmente si fue cuando eran muy jóvenes, el riesgo aumenta. En su mayoría, las personas diagnosticadas con cáncer de mama no tienen antecedentes familiares de la enfermedad.
- Genes hereditarios que aumentan el riesgo de cáncer de mama: ciertas mutaciones en los genes que aumentan el riesgo de cáncer de mama pueden ser trasmitidas de padres a hijos. Las mutaciones en los genes más conocidas son BRCA1 y BRCA2, que pueden aumentar en gran forma el riesgo de cáncer de mama y de otros tipos de cáncer, aunque no hacen que la enfermedad sea inevitable.
- Exposición a la radiación: tu riesgo de cáncer de mama aumenta si te han hecho tratamientos con radiación al pecho durante la infancia o cuando eras muy joven.
- Obesidad: la obesidad aumenta tu riesgo de padecer cáncer de mama.
- Comenzar a menstruar a una edad temprana: comenzar a menstruar antes de los 12 años aumenta tu riesgo de la enfermedad.
- Comenzar la menopausia a una edad más avanzada: comenzar la menopausia a una edad más avanzada aumenta el riesgo del cáncer de mama.
- Tener el primer hijo a una edad más avanzada: las mujeres que tienen el primer hijo después de los 30 años quizás tengan un aumento en el riesgo de cáncer de mama.
- Las mujeres que nunca han estado embarazadas: tienen un mayor riesgo de cáncer de mama que las que han tenido uno o más embarazos.
- Terapia con hormonas posmenopausia: los tratamientos hormonales tras la menopausia que combinan estrógeno y progesterona tienen un aumento en su riesgo de cáncer de mama, que se reduce al suspenderlos.
- Alcohol: el consumo de alcohol aumenta el riesgo.
¿Qué podemos hacer para reducir el riesgo de cáncer de mama?
- Consulta con tu especialista en Ginecología sobre los análisis para detección del cáncer de mama. Se recomienda el control mamográfico bianual a partir de los 40 años, o anualmente si existen factores de riesgo.
- Familiarízate con tus mamas durante el autoexamen para conocerlas. Si hay un cambio nuevo, bultos u otros signos inusuales deberás consultar pronto con tu especialista. Esto ayudará a un diagnóstico más precoz.
- Si consumes alcohol, hazlo con moderación.
- Haz ejercicio con asiduidad.
- Limita la terapia con hormonas en la posmenopausia. La terapia hormonal combinada puede aumentar el riesgo del cáncer de mama, pero debes comentar con tu ginecólogo los beneficios e inconvenientes. El control de algunos síntomas puede hacer aceptable asumir el mayor riesgo de cáncer de mama de manera transitoria. Se recomienda usar la menor dosis posible de terapia hormonal durante el período más corto posible.
- Mantén un peso saludable y opta por una dieta saludable. Las mujeres que siguen una dieta mediterránea complementada con aceite de oliva extra virgen y frutos secos mixtos quizás tengan un riesgo reducido para cáncer de mama.
Tras evaluar los antecedentes familiares y otros factores de riesgo, como una enfermedad mamaria precancerosa, hay algunas opciones para reducir el riesgo, tales como:
- Medicamentos preventivos (quimioprofilaxis): los medicamentos inhibidores del estrógeno, como los moduladores selectivos de los receptores de estrógeno y los inhibidores de la aromatasa, reducen el riesgo de cáncer de mama en las mujeres que presentan un riesgo alto de contraer la enfermedad.
- Cirugía preventiva o mejor, reductora de riesgo: las mujeres con un riesgo muy alto de tener cáncer de mama pueden optar por la extirpación quirúrgica de sus mamas sanas (mastectomía profiláctica). También, por la extirpación de los ovarios sanos (ooforectomía profiláctica) para reducir el riesgo de tener cáncer de mama y de ovario.
¿Cómo podemos detectarlo? ¿Cuáles son los síntomas iniciales?
Algunas formas de cáncer de mama no causan síntomas en las etapas iniciales, por lo que es importante hacerse pruebas regulares. Como con otras formas de cáncer, el pronóstico es más favorable cuando un médico detecta la enfermedad en una etapa temprana.
Según la Sociedad Estadounidense del Cáncer (ACS, en inglés), la señal más común del cáncer de mama es un bulto o masa nuevo en el seno. Las personas deberían familiarizarse con la apariencia y sensación usuales de sus senos con el objetivo de detectar cualquier cambio en la fase temprana.
Los siguientes cambios mamarios pueden ser síntomas de cáncer de mama:
- Inflamación completa o parcial.
- Engrosamiento de alguna parte del seno.
- Cambio en la forma o tamaño del seno.
- Irritación de la piel.
- Piel roja y escamosa en los senos o pezón.
- Hoyuelos en la piel.
- Hundimiento del pezón.
- Secreción del pezón.
- Ganglios linfáticos inflamados.
Muchos de estos cambios también pueden causar otros problemas de salud.
Los hombres con cáncer de mama pueden experimentar:
- Un bulto o inflamación que no suele causar dolor.
- Retracción del pezón.
- Secreción de un pezón.
- Hoyuelos o agujeros en la piel del seno.
- Enrojecimiento o descamación del pezón o la piel del seno.
No hay que olvidar que en fases incipientes pueden no existir síntomas, por lo que subrayamos la importancia de las revisiones con pruebas de imagen.
¿Cuándo debemos consultar al médico?
Si encuentras un bulto u otro cambio en las mamas, incluso si obtuviste resultados normales en una mamografía reciente, pide una consulta para evaluar la situación de forma inmediata.
¿Cómo se realiza el diagnóstico?
Usualmente, el procedimiento de diagnóstico empieza con un examen del seno. El médico tocará los senos para detectar bultos en el tejido y también verificará los ganglios linfáticos. También preguntará sobre el historial médico de la persona y si existe historial familiar de cáncer de mama.
El médico también puede ordenar exámenes adicionales, incluyendo:
- Mamografía.
- Ultrasonido de mama.
- Resonancia magnética de mama.
- Biopsia mamaria, en la que extraen una pequeña parte de tejido y lo envían a un laboratorio para examinarlo.
Si existe cáncer de mama, el médico describirá las opciones de tratamiento y los próximos pasos.
¿Cuál es el tratamiento?
El tratamiento del cáncer de mama depende de varios factores, incluyendo:
- Tipo de cáncer.
- Etapa del cáncer al momento de detectarlo.
- Edad de la persona.
- Salud general de la persona.
Algunos de los tratamientos más comunes para el cáncer de mama incluyen:
- Terapia hormonal: usa las hormonas para atacar las células cancerosas que tienen receptores hormonales.
- Radioterapia: usa altas dosis de radiación para destruir las células cancerosas.
- Quimioterapia: usa medicamentos específicos para matar las células cancerosas.
- Tumorectomía: consiste en extirpar el tumor, pero dejar el seno intacto.
- Mastectomía: consiste en extirpar el tumor y parte o todo el tejido mamario.
- Con frecuencia será preciso hacer el estudio el ganglio centinela.
El médico describirá las diferentes opciones en cada etapa del tratamiento y determinará cómo proceder y tratar los efectos secundarios que se produzcan.
La importancia de la autoexploración mamaria
Se recomienda autoexplorarse las mamas a partir de los 20 años de edad. De este modo, aumenta la sensibilidad por mayor pericia en la técnica, sin perder de vista que existen posibilidades de realizar falsos positivos y que el 20% de las biopsias realizadas por bultos sospechosos dan negativo para malignidad en el estudio anatomopatológico.
Esta técnica debe realizarse entre el quinto y séptimo día tras la finalización del ciclo menstrual, ya que las mamas están más blandas y con menor tamaño (en ausencia de ciclo se determinan los días para realizarlo de forma constante cada mes).
Se diferencian dos partes:
– Inspección: la mujer debe observar sus mamas frente a un espejo y con buena luz. Primero con los brazos extendidos hacia abajo y después con los brazos colocados en “jarra” y elevados por encima de la cabeza. Es importante prestar atención al tamaño, cambios de textura, forma, abultamientos, simetría, hundimientos, forma de los pezones, secreciones…
– Palpación: se realiza con la mujer tumbada y con las yemas de los dedos de la mano contralateral a la mama que se explora.
Se realizarán movimientos circulares siguiendo la dirección de las agujas del reloj y después en zig-zag. Es muy importante cubrir toda la extensión de la mama, incluyendo la zona axilar y realizar la palpación con una presión ligera y después una presión moderada. Para finalizar, se debe presionar ligeramente el pezón por si hubiera secreción.
¿Cuál es la tasa de recuperación?
Como con la mayoría de los tipos de cáncer, la detección y tratamiento de manera temprana del cáncer de mama dan los mejores resultados. Los índices de supervivencia nos ayudan a entender las posibilidades de que el tratamiento sea exitoso. En el cáncer de mama incipiente, el índice de supervivencia a 5 años es del 99%. Si se ha propagado más allá de a mama hacia los ganglios linfáticos, el índice de supervivencia de 5 años es de 86%. Si la propagación ha sido a otros órganos, la supervivencia esperada será del 27%. Sin embargo, muchos factores específicos de cada persona afectan estos cálculos.