Embarazo de riesgo: cómo debemos actuar
¿Cuáles son las causas de un embarazo de riesgo?
El catalogar un embarazo como de alto o bajo riesgo es un tema multifactorial. Hay diversas situaciones que nos llevan a considerarlas como factores de riesgo en una gestante, y pueden ser diversas:
- Patología médica previa de la paciente
- IMC de la paciente
- Edad de la paciente
- Patología obstétrica desarrollada a lo largo de la gestación
- Antecedentes quirúrgicos
Lo más importante es realizar una buena historia clínica el primer día de visita e ir actualizándola en función de si aparecen complicaciones obstétricas o no a lo largo de la gestación.
¿Qué debo hacer si sufro un embarazo de riesgo?
Primero de todo, estar tranquila y confiar en el equipo de profesionales que te van a atender. Es importante un diálogo bidireccional con tu ginecólogo, para que sepas entender los motivos que han llevado a considerar tu embarazo como embarazo de riesgo y ver si hay factores modificables por tu parte (modificación de hábitos dietéticos, optimización de actividad física, etc.).
Mi consejo es que escojas un centro para controlar tu gestación en el que haya profesionales especializados en medicina maternofetal y obstetricia de alto riesgo, y que sigas las directrices que te pauten.
¿Qué perfil de mujer tiene más posibilidades de sufrir un embarazo de riesgo?
Mujeres con patología médica previa, con IMC elevado, con cirugías ginecológicas anteriores o con edades por encima de los 40 años.
También aquellas que tienen un embarazo gemelar o que tienen antecedentes obstétricos desfavorables, como podría ser un parto prematuro anterior o patología obstétrica en embarazos anteriores (diabetes, preeclampsia, colestasis intrahepática gestacional...).
¿Cómo prevenir y tratar un embarazo de riesgo?
Dependerá mucho de los motivos por los que dicho embarazo se considera de riesgo. Si se considera de riesgo por factores maternos previos a la gestación, tales como obesidad y/o patología médica, lo ideal es que la gestante lleve un manejo adecuado de dichas patologías y controles de forma estricta de su incremento ponderal, su dieta y el estilo de vida.
Si los factores son inamovibles, como por ejemplo edad por encima de 40 años o cirugías uterinas anteriores, los pasos a seguir irán en la línea de llevar un estilo de vida saludable, una dieta equilibrada y una práctica de ejercicio adecuada.
Si los factores de riesgo han ido surgiendo a lo largo de la gestación, como podría ser una diabetes gestacional o una preeclampsia, el tratamiento se individualizará en función de diferentes factores.
Lo importante es que la gestante sea consciente de dichos riesgos y sepa bien lo que está en su mano hacer para minimizarlos, tras un diálogo de confianza con su ginecólogo.