El miedo tras la pandemia del COVID-19
Cualquiera de estas dos definiciones nos dice que es el miedo desde una perspectiva global:
- Angustia por un riesgo o daño real o imaginario.
- Recelo o aprensión que alguien tiene de que le suceda algo contrario a lo que desea.
El sentimiento de miedo estaría muy ligado a la situación que nuestra sociedad está viviendo en la actualidad, es decir, a raíz del COVID-19. Después de vivir estos meses de incertidumbre donde apenas se sabía nada, ahora que poco a poco vamos intentando volver a la normalidad, el miedo surge.
Al volver a salir a la calle, estar con familiares y amigos, se despierta la angustia debido a miedo al contagio y a la propia muerte. Por un lado, estaría presente la idea de ese deseo de encontrarse con los seres queridos pero a su vez ese miedo al encuentro. Es decir, estaría presente todo lo concerniente a “la amenaza real de la enfermedad y del sufrimiento sobre sí mismo y de la posible muerte propia”.
Hay dos grupos de personas en nuestra sociedad:
- En un primer grupo estarían aquellas que como ya se sabe, intentan reducir la inevitable realidad de la muerte.
- En un segundo grupo, otro tipo de personas denominadas como “la política del avestruz”. Es decir, un comportamiento típico de estas aves corredoras frente a las situaciones de peligro real. Esta especie mete la cabeza en un agujero como, al parecer, intentando no ver el peligro y hacer mágicamente desaparecer las amenazas.
No obstante la palabra “miedo” desde el punto de vista psicológico va más allá. Durante décadas se han realizado diferentes estudios sobre el sentimiento de “miedo”. En 2008 un estudio realizado en Censis en diez grandes ciudades de todo el mundo reveló que el 90% de las personas sufría algún tipo de miedo, un 42,2% un miedo “muy fuerte” y un 11,9% afirmaba que ese sentimiento era el que mejor describía su actitud vital. Tener en cuenta también que las personas que más miedo mostraron en el estudio fueron aquellas con bajo nivel económico y con menos estudios.
El miedo nos sirve a las personas para detectar ciertos peligros que pueden estar a nuestro alrededor y algunos de ellos son comunes como: la oscuridad o a los ruidos fuertes. Por otro lado, cuando en el exterior no habría un miedo tangible, es decir, real se crea una sensación de intranquilidad en la persona que crea lo denominado como “ansiedad”. Actualmente, la ansiedad es uno de los síntomas frecuentes en consultas de psicología y psiquiatría de todo el mundo.
Luis Diaz Viana (antropólogo) afirma que nos encontramos ante una sociedad líquida. Parece como si estuviéramos en el umbral de una nueva era donde no hay anclajes y eso crea una gran inseguridad. El término “sociedad líquida” fue creada por el sociólogo Zigmunt Bauman quien refiere que existe en la actualidad un miedo más disperso, no concreto, que tiene sentimientos muy profundos de inseguridad, fracaso…etc.
Una sociedad donde las condiciones de actuación de las personas cambian antes de que las formas puedan consolidarse en unos hábitos. Esto tiene sus consecuencias sobre los sujetos porque los logros individuales no pueden solidificarse en algo duradero, los activos se convierten en pasivos, las capacidades en discapacidades en un abrir y cerrar de ojos.
Por último, para el ser humano sería de suma importancia tener en cuenta los factores externos, ya que ellos influyen en su comportamiento; pero a su vez, no menos importantes son todos esos fantasmas internos en los que uno piensa, siente…etc. Por ello, es importante pararse a pensar en ese mundo interno, que tal vez sea más desconocido y poder diferenciarlo del exterior, e ir entendiendo como eso interno nos puede afectar en nuestra actitud, comportamiento y generar mayor malestar.