Eccema, enfermedad crónica que afecta a más del 10% de la población

Editado por Patricia Pujante Crespo el 30/11/2024

Un eccema es una enfermedad de la piel, también llamada dermatitis eccematosa, caracterizada por lesiones inflamatorias, con enrojecimiento, pápulas, picor, formación de vesículas o incluso ampollas que, al romperse, humedecen la zona y se forman costras que finalmente descaman.

 

Puede ocurrir en cualquier parte del cuerpo y suele molestar mucho por el picor que ocasiona. Cuando es muy crónico puede quedar un aspecto como de “piel curtida”.

 

El eccema es una patología frecuente que afecta a más del 10% de la población en algún momento de su vida.

 

El eccema no es contagioso pero puede haber familiares con la misma enfermedad porque, en algunos casos, es hereditaria.

Persona mostrando cómo aplica crema en la piel - eccema - picor en la piel by Top Doctors
El eccema es una enfermedad crónica que afecta a más del 10% de la población
en algún momento de su vida

 

 

¿Cuáles son las causas del eccema?

Las causas de un eccema son múltiples, desde una alergia al sol, a simplemente una sequedad extrema de la piel. Las más frecuentes son:

  1. El eccema o dermatitis atópica
  2. El eccema o dermatitis de contacto
  3. La dermatitis irritativa
  4. La dermatitis seborreica

 

La dermatitis atópica es frecuente en niños y suele asociarse a rinitis, asma y alergias alimentarias. En este sentido, se recomienda descartar que exista una alergia a algún alimento que pueda estar ocasionando parte de los brotes. En general, el pronóstico a largo plazo es bueno y suele desparecer en la edad adulta, antes de cumplir los 20 años. Además de las cremas, hoy en día existen otros tratamientos que pueden influir en su curación, como son las vacunas para los ácaros, polen o epitelios de animales y también los fármacos biológicos como el dupilumab.

 

La dermatitis de contacto está ocasionada por algún agente externo al cual somos sensibles y que, al tocar la piel, produce la reacción. Para conocer los agentes causales hay que hacer pruebas de alergia en forma de parches. Entre las causas más frecuentes está la alergia a los metales, perfumes, kathon G, tintes capilares, curtidos del cuero, colorantes, materiales de goma y acrilatos.

 

A veces la dermatitis de contacto y la dermatitis atópica se asocian, siendo necesario descartar una alergia por contacto en aquella dermatitis atópica con mala evolución.

 

En ocasiones una dermatitis de contacto alérgica de causa conocida puede estar agravada por una dermatitis por irritación añadida, si no tenemos en cuenta evitar agentes externos que puedan empeorarla y que se indican a continuación.

 

Y por último, la dermatitis seborreica, que afecta fundamentalmente al cuero cabelludo y a la cara, es una enfermedad crónica de la piel que a veces se confunde o solapa con cualquiera de las dermatitis mencionadas anteriormente.

 

En general, la mayoría de las veces, el eccema se presenta como reacción alérgica y es conveniente descartar una alergia a ácaros del polvo, a la humedad, a los animales de compañía y a cosméticos, fibras, perfumes e incluso a los propios medicamentos corticoides que se aplican para mejorar el eccema. El eccema es una enfermedad crónica y no se suele curar, aunque se puede controlar e incluso conseguir que desaparezcan los síntomas.

 

 

¿Cómo debe tratarse el eccema y sus síntomas, y cómo debe adaptar el paciente su día a día?

Además de tratar específicamente las lesiones con los medicamentos indicados por el especialista en Dermatología y Alergología, es muy importante prevenir las reagudizaciones. Para ello se recomienda utilizar productos de limpieza, tanto faciales como corporales, que no irriten ni resequen la piel, preferiblemente los oleosos. También es muy importante la hidratación correcta con productos específicos para cada tipo de piel, de los llamados “hipoalergénicos”. Es conveniente evitar irritantes, como el contacto con productos de limpieza domésticos. Para ello se aconseja utilizar guantes de vinilo, y colocar otros de algodón debajo. También, evitar detergentes agresivos o suavizantes para la ropa, ya que a veces quedan restos en la misma y pueden irritar la piel. Asimismo, hay que evitar lavarse excesivamente. Se recomienda el uso de ropa de algodón y evitar la sudoración y los ambientes de calor. En este sentido, es mejor mantenerse fresco, así como que la temperatura del agua sea más bien tibia en las duchas o baños, secándose con “toquecitos” y evitando toallas ásperas. 

 

Y sobre todo, es muy importante no rascarse, aunque esto sea muy difícil, ya que podemos sobreinfectar las lesiones y mantener el eccema en el tiempo. Por ello se insiste en que hay que tomarse la medicación y aplicarse correctamente las cremas aconsejadas por el especialista y tener en cuenta la hidratación y la evitación de los irritantes anteriormente mencionados.

 

Por último, hay que aprender a convivir con el eccema y evitar que afecte a nuestras relaciones sociales y personales. Para ello, aconsejamos identificar pronto las exacerbaciones, así como lo que nos empeora, ya sean alimentos o contactantes y, sobre todo, aceptar con tranquilidad los brotes y poner rápido remedio, sobre todo cuando afectan a zonas visibles como la cara y las manos. Y por supuesto, actuar sobre las situaciones que nos ocasionen estrés, ya que esto no ayuda.

Alergología en Santander