Dolor y cronicidad
Escrito por:
Unidad del dolor
Publicado el: 11/08/2021
Editado por: Cristina Mateo
La mayoría de veces no somos conscientes de cómo las definiciones pueden limitar la realidad. Es justo lo que ocurre cuando nos referimos al dolor crónico. La distribución de la patología, para facilitar su estudio y su tratamiento por diferentes especialistas, ha profundizado en su conocimiento específico pero muchas veces la gran proximidad a una patología, impide ver con suficiente distancia el problema en conjunto.
El término crónico, proviene de Cronos el dios del tiempo de la mitología griega, hijo de Urano (el Cielo) y de Gea (la Tierra) y padre de Zeus, Poseidón y Hades que le deportaron al exilio en el inframundo. El tiempo prolongado, la persistencia de una sintomatología después de desaparecer la causa o una duración de más de seis meses, hacen que la patología pase a ser una enfermedad en si misma. Lo que a veces no se tiene en cuenta es el alcance socio-sanitario del problema.
Por ejemplo, 3 de cada 4 pacientes que acuden a urgencias lo hacen por reagudización de un problema crónico. De hecho, la mitad de la población padece una enfermedad crónica y casi un 70% de los mayores de 65 años padece tres o más patologías de este tipo.
La mitad de la población padece una enfermedad crónica.
Con el horizonte del envejecimiento progresivo de la población y de la presencia de patologías concomitantes en casi todos nuestros pacientes debemos, todos, contribuir a estrategias globales de afrontamiento de las patologías crónicas que nos permitan a los mayores de hoy (y a los que seremos mañana, mantener un sistema de salud de calidad y sostenible desde el punto de vista de los recursos).
Organismos internacionales como el Ministerio de Sanidad español y las Comunidades Autónomas han desarrollado programas de atención a los pacientes crónicos. Han dado prioridad a la prevención, promoción de la salud, educación y formación de terapeutas y pacientes, dotando de un mayor protagonismo al paciente. Algunos de los cambios más importantes han sido el desarrollo de la historia clínica centralizada, la receta electrónica, la ampliación de los centros de día y la inclusión de un programa amplio de atención social, ocio, cultura y de deporte.
La salud es un bien común, pero también individual. Por eso es responsabilidad de cada uno cumplir con nuestra parte del esfuerzo y exigir a los demás que hagan lo propio. Lo que hoy parece problema de otros, mañana será nuestro propio problema.