Cuerdas axilares, una de las secuelas más comunes del cáncer de mama

Escrito por:

Curro Millán

Fisioterapeuta

Publicado el: 17/01/2017
Editado por: Anna Raventós Rodríguez


Las cuerdas axilares o “cuerdas de guitarra” suelen aparecer tras la operación quirúrgica de extirpación del tumor o de la mastectomía. Se trata de una de las secuelas más comunes del cáncer de mama, y se extienden desde el lateral de las costillas del lado intervenido, atravesando la axila, pasando por el brazo y en ocasiones llegando al antebrazo.

Normalmente aparecen durante los 3 primeros meses después de la cirugía, y aparentemente son inofensivas, pero pueden dejar limitaciones funcionales: incapacidad de un movimiento normal del brazo, tirantez y, en muchos casos, dolor (que, aunque al principio pueda parecer una secuela sin importancia, es bastante incapacitante).

En el Instituto Fisiomédico, centro pionero de fisioterapia oncológica, nos encontramos cada día con esta secuela, lo que hace que hayamos desarrollado diferentes protocolos de actuación para abordarla y buscar el objetivo de normalización de esa estructura, que es de gran importancia tanto física como psicológicamente:

Normalización de la estructura dañada meidante endermoterapia a través de mecanoestimulación de la piel Terapia manual Inducción miofascial Actividad física especializada

Gracias a las diferentes técnicas reducimos la fibrosis y la trombosis de los vasos linfáticos y sanguíneos. Con esto conseguimos que el tejido recupere poco a poco su elasticidad y vuelva a comportarse de manera normal. Todo esto se traduce en una mejora de la movilidad, la recuperación del rango articular perdido y una disminución notable del dolor y la sensación de tirantez.

Además, este tratamiento hace hincapié no solo en la zona de la mama si no que se trabaja también toda la zona axilar y del brazo, con lo que prevenimos la aparición de linfedema.

Pide cita con un especialista