¿Cuáles son los síntomas más comunes de la patología tiroidea?
La glándula tiroidea, está situada en la parte baja del cuello y se encarga de la síntesis de hormonas tiroideas: la triyodotironina(T3) y la tiroxina (T4).
La T3 se une a las células de los diferentes órganos y sistemas y marca el ritmo al que estos funcionan.
En el tiroides pueden darse dos tipos de patologías, las asociadas a su forma y las que derivan de alteraciones en su función.
En cuanto a las alteraciones asociadas a su forma, se encuentran el bocio o aumento de tamaño de la glándula tiroidea y los nódulos tiroideos, que pueden ser únicos o múltiples (denominándose en este último caso bocio multinodular).
Los síntomas asociados a estas patologías, serían los compresivos (si el tamaño del tiroides o de alguno de sus nódulos es muy grande), consistentes en sensación de opresión o cuerpo extraño en el cuello, disfagia (o dificultad para tragar), voz ronca y carraspera. En raras ocasiones los nódulos pueden sangrar o los quistes llenarse rápidamente de líquido, en cuyo caso el paciente puede notarse repentinamente un bulto en la región del cuello o incluso dolor.
En cuanto a las alteraciones asociadas a su función, tendríamos el hipotiroidismo, en el que el ritmo al que funciona todo el organismo se enlentece y los pacientes se sienten más cansados, con sensación de niebla mental, tendencia al estreñimiento (por enlentecimiento del ritmo intestinal), al aumento de peso, sensación de frio interno, piel seca y, en ocasiones graves, voz ronca y lengua engrosada.
Por el contrario, en el hipertiroidismo, todo nuestro organismo funciona mucho más rápido y puede haber sensación de ansiedad, irritabilidad, insomnio, palpitaciones, diarrea, pérdida de peso, temblor, calor, sudoración…y en algunos casos en los que la causa del hipertiroidismo es la existencia de anticuerpos estimuladores (Enfermedad de Graves), ojos “saltones” o exoftalmos.
Por último, puede haber una patología tiroidea que cursa tanto con alteraciones de la forma como de la función, denominada tiroiditis, en ella habría inflamación con o sin dolor de la glándula, asociada a una fase autolimitada de hipertiroidismo, en muchas ocasiones seguida de hipotiroidismo, que puede o no revertir.
¿Cómo se tratan las diferentes patologías tiroideas?
Para tratar el hipotiroidismo, lo principal es sustituir el déficit de la hormona tiroidea por T4 sintética (exactamente igual para el organismo que la original), además, como en muchas otras patologías, de indicar una dieta saludable y ejercicio físico regular.
La dosis inicial de la hormona tiroidea, se calculará según el grado de hipotiroidismo del paciente y de su peso, y se ajustará cada 6-8 semanas, hasta lograr una adecuada sustitución.
En cuanto al hipertiroidismo, el tratamiento inicial suelen ser fármacos denominados antitiroideos. En el caso de que la causa del hipertiroidismo sea un primer brote de enfermedad de Graves, este tratamiento se mantendrá de 12 a 18 meses (dependiendo del riesgo de recurrencia); por el contrario, si la causa radica en un bocio multinodular, un adenoma tóxico, o un segundo brote de enfermedad de Graves, acabaremos necesitando tratamiento definitivo consistente en radioyodo y, en los casos más severos, cirugía.
¿Se pueden detectar de forma precoz?
Como los síntomas son muy inespecíficos, ante la duda se debe realizar una analítica. En ella solemos pedir la TSH, que es la hormona que se produce en la hipófisis (glándula situada en la base del cerebro) y que controla la función del tiroides. Si hay hipertiroidismo, la TSH está suprimida/con valores bajos, mientras que, si la glándula funciona poco, es decir, hay hipotiroidismo, la TSH aumenta intentando estimular su función.
Por otro lado, sería importante medir los niveles de hormonas tiroideas (T4 y T3) y los autoanticuerpos, que son los causantes de la mayoría de problemas asociados al tiroides: anti-TPO (anti-peroxidasa) y anti-TG (anti-tiroglobulina), asociados al hipotiroidismo y TSI (anticuerpos estimulantes del tiroides) asociados al hipertiroidismo; para afinar en el diagnóstico y el tratamiento.