¿Cuáles son los objetivos de un tratamiento de psicoterapia?
La psicoterapia es un tipo de tratamiento de Psicología que se utiliza para tratar problemas emocionales, con el propósito de afrontar mejor determinadas situaciones y recuperar las capacidades propias.
Conocer conflictos subyacentes para afrontar un mejor futuro
La solución de los problemas que están aconteciendo en el momento y la liberación sintomática deberán responder al conocimiento de conflictos subyacentes. La finalidad es tratar el sufrimiento para conseguir una mejor calidad de vida.
Para conseguirlo se emplea una metodología basada en diferentes técnicas. La verbalización de sentimientos, pensamientos, emociones, sueños, etc. ayuda a saber sobre uno mismo y verlo desde otras perspectivas, con el objetivo de comprender los conflictos más directamente, relacionados con los síntomas y las áreas de descompensación.
De lo que se trata es de aclarar confusiones, ambigüedades y desacuerdos. La clarificación de expectativas permite tener una determinada imagen de futuro.
Importancia de expresar dudas y dificultades ante el psicólogo
Es importante que en la primera entrevista con el psicólogo el paciente exprese sus dudas y temores. De esta manera el especialista podrá conocer qué le ocurre al paciente, considerar cómo puede ser ayudado, de qué manera hacerlo y estructurar una relación de trabajo. Así también podrá conocerse la disposición y valentía del paciente para conocer sus propias dificultades y el deseo de superarlas.
El terapeuta ayuda al paciente a conocer sus conflictos y maneras inconscientes de adaptación y, a partir de ahí, irá poniendo en marcha este conocimiento del que irá siendo consciente.
El objetivo de la psicoterapia: el autoconocimiento y la modificación de conductas
Lo que se pretende es que el paciente adquiera autoconocimiento y reconozca los elementos de su salud mental y emocional. Además, se busca que aumente la comprensión de sí mismo, para que pueda usar más libremente sus aptitudes y recursos para gestionar la realidad que le rodea, y así satisfacer sus necesidades afectivas y sociales.
Un tratamiento psicológico exitoso debe dar lugar a una modificación manifestada de unos aspectos determinados:
- Ajuste de las aspiraciones con las posibilidades de las que dispone la persona y su realidad.
- Capacidad de guiarse con prevención de los efectos alejados de la conducta.
- Facilitar la relación con los demás.
- Abandono de las actitudes conformistas o destructivas.
- Conciliación entre las fuerzas creadoras y las fuerzas conservadoras.
La meta debe ser que el paciente aprenda a pensar y dialogar consigo mismo, sin recurrir a engañarse para evitar el sufrimiento que puede conllevarle descubrir la verdad y le sea posible, por lo tanto, conectar con su realidad interna.
De esta manera la persona adquiere la capacidad de continuar, de forma autónoma, el aprendizaje que ha empezado con la ayuda del terapeuta, con el fin de que se acerque a su realidad más íntima y tenga acceso a su self auténtico.