¿Cuáles son las consecuencias de la falta o la elevación de las transaminasas?
Las transaminasas son enzimas encargadas de transferir grupos de aminoácidos entre dos moléculas. Son como vehículos que transportan o facilitan que sustancias elementales de proteínas puedan pasar entre dos moléculas de nuestro organismo, que necesitan estas sustancias.
Existen fundamentalmente dos transaminasas. La GOT (Glutamato-oxalacetato transaminasa), también llamada AST (aspartato aminotransferasa (AST) y la GPT (glutamato-piruvato transaminasa), también llamada ALT (alanina aminotransferasa). Por tanto, GOT = AST y GPT = ALT. La GOT puede encontrarse además de en el hígado, en el corazón, en los músculos, en el intestino, en el páncreas y en el riñón. La GPT generalmente se localiza en el hígado.
Causas del aumento en el sistema hepático
Las causas de aumento de transaminasas pueden ser agudas, es decir, de reciente aparición y crónicas, es decir, por daño continuo durante meses o años en el hígado.
Suelen ser producidas por tóxicos como el alcohol y las drogas, por medicamentos, por virus de la hepatitis, por falta de riego sanguíneo en el hígado, por un mal funcionamiento del corazón o por una infección muy grave (sepsis).
Las enfermedades crónicas que suelen aumentar las transaminasas son las hepatitis crónicas por virus, autoinmunes, las enfermedades del hígado por depósito de cobre (enfermedad de Wilson) o hierro (hemocromatosis) y la cirrosis hepática.
Actualmente, es cada vez más frecuente encontrar personas con obesidad o sobrepeso, que presentan grasa en exceso en el hígado (esteatosis o esteatohepatitis) que tienen las transaminasas altas, suponiendo un mayor riesgo de diabetes, cáncer y enfermedades cardiovasculares.
Consecuencias de la falta o la elevación de las transaminasas
La disminución de transaminasas, incluso por debajo de los límites de la normalidad, no es una enfermedad y podemos verla en algunas personas sanas.
El aumento de las transaminasas casi siempre es consecuencia de enfermedad hepática y debe analizarse por parte del médico especialista en aparato digestivo y hepatología.
Unas veces es asintomática y otras veces produce cansancio. Si la enfermedad es más avanzada o hay dificultad de la eliminación de la bilis desde el hígado hasta el intestino, se produce un color amarillento de la piel y de los ojos (ictericia) o prurito (picores). En los casos de cirrosis puede acumularse líquido dentro del abdomen (ascitis). Por ello, es necesario consultar con un especialista en Aparato Digestivo.
Es muy importante prevenir dos de las enfermedades crónicas del hígado más frecuente que son las producidas por consumo importante de alcohol y por esteatosis secundaria a obesidad, diabetes, sobrepeso y aumento de colesterol y triglicéridos.