Cosas que quizás desconoces de la cirugía del estrabismo

Escrito por:

Dr. Antonio Moreno Guerrero

Oftalmólogo

Publicado el: 21/02/2020
Editado por: Cristina Mateo


El estrabismo es una desviación de la línea visual de uno de los dos ojos. Hay mayores posibilidades de desarrollar esta enfermedad si se tienen antecedentes familiares de estrabismo, hipermetropías o ambliopía. También, personas con diferencias de graduación, aquellas que sufren de cataratas o con raduaciones muy elevadas tienen mayores probabilidades.

 

Es fundamental detectar estrabismo a edades tempranas, ya que a estas edades se genera un procedimiento de adaptación a través del cual el cerebro capta la imagen con mayor calidad y desecha, automáticamente, la otra. La operación de estrabismo se lleva a cabo con el objetivo de alinear ambos ojos o, si más no, reducir la desviación entre estos. Esa alteración de los ojos afecta al enfoque de los ojos.

 

Es necesario evaluar cada caso para decidir la idoneidad de la operación. Si el estrabismo responde a problemas que perjudican el control de los músculos que realizan el movimiento del ojo se trabajará para reforzarlos. En otros casos, se recurrirá a las gafas para corregir la graduación y en aquellos en los que el estrabismo venga acompañado de un ojo vago se realizarán tratamientos de oclusiones para restablecer la agudeza visual.

 

Es importante detectar el estrabismo a edades tempranas.

 

 

La operación del estrabismo como última alternativa

 

Se recurrirá a la operación en los casos en los que otros tratamientos no hayan sido suficientes para mejorar la agudeza visual del paciente.

 

Antes de someterte a una operación, debes conocer lo siguiente:

En los casos de estrabismo en adultos, se administra una anestesia local entre y sobre la superficie del ojo. Si el estrabismo afecta a niños, se utiliza anestesia general. Se pueden operar los músculos de ambos ojos aunque solo se desvíe un ojo. Es posible que se manifieste una visión doble tras la operación que remite con el tiempo. Tras la operación deberán cubrirse los ojos, alternándose uno y otro para evitar el ojo vago y la visión doble. El oftalmólogo determinará en qué casos es necesario recurrir a ello.

 

Someterse a una operación puede mejorar la alineación entre ambos ojos, pero no asegura que también se optimice la visión. Para ello sería imprescindible recurrir a otros tratamientos.

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